ORDEN 9: Relación Tóxica.

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Ya a unos metros de ellos se encontraba Dan sonriendoles, sabia que esto seria una gran noticia. Si el jefe Satu se enterara los despediría a los 4 de una sola vez. Se podría librar de ellos.

—Supongo que es hora de irme, buscare a Satu —Dijo con intensiones de hacerlos caer en depresión.

—No puedes decirle, y no lo harás. —Dijo Frank bastante molesto.

—El criminal me habla. ¿Quieres que te de una paliza? —Dijo Dan desafiándolo, sabía que ganaría en un combate 1 contra 1, ya que su fuerza bruta era conocida por todas las instalaciones. Pero un presentimiento le palpitaba al saber el historial de aquel sujeto.

—Satu no te va a creer. —Desafiando a Dan dijo Denis.

—¿Y tu qué niñita?

De pronto Frank le intento propinar un golpe, sin embargo le detuvo el brazo y se lo comenzó a torcer.

—Soy capaz de cargar un edificio ¿En serio crees poder hacerme algo? Satu sabe muy bien que yo no miento, ya que si por algo me conocen es por mi fuerza, no por mentir.

—Déjalo troglodita de color azul —Grito Akari que estaba lista para congelarlo.

—Ni siquiera teme acerques, conozco tu poder, y se que me congelaste la última vez. Si quieres que el brazo de tu compañero se quede ahí, será mejor que...

Frank giro su cuerpo a donde le estaba retorciendo el brazo y gano impulso para darle una patada directa a los testículos, el lanzo un gran grito ya que eso no se lo esperaba.

—¡Congélalo Akari!

De un segundo a otro Dan termino congelado.

—¿Ahora que haremos? Si termina diciéndole a Satu estaremos fritos.

El bebe incinerador termino dormido en los brazos de Denis que lo sostenía.

—Creo tener una idea. —Dijo Aris.

Cuando la noche cayo y fue descongelado del tiempo, pudo observar que se encontraba en las orillas de una playa cercana. Él se arrodillo por el dolor que al parecer se agudizo por el tiempo en el que permaneció congelado.

—Malditos extintores con patas.

—¿Te encuentras bien? —Le dijo Aris que se encontraba enfrente de él.

—¿Ah?

Dan noto que llevaba puesto un hermoso vestido de color azul, muy ajustado y una falta corta, un par de sandalias.

—¿Siempre quisiste una cita conmigo no es así? —Aris intentaba ver que todo saliera bien.

—¿Crees de verdad que con una pendejada así no le diré a Satu?

—Depende de cómo lo quieras ver.

Aris con su mano le acaricio la mejilla y paso su dedo por el cuello de tal forma que el sintió escalofríos a pesar de ese tacto tan caluroso.

—No te conozco bien... ¿Por qué no nos conocemos?

El plan de Aris se trataba de hacerlo caer en su red, ya que siempre estuvo enamorado de ella, siempre la perseguía y acosaba. ¿Pero realmente irían a tener una cita? Su intención era convencerlo de que no dijera nada, a cambio de posiblemente una amistad. Ella siempre creyó que las personas son de tal forma por algo que haya pasado en su entorno. No creía en que realmente la gente fuera mala al nacer. "Si alguien ama comer aguacate, podría amar a quien sea" un viejo dicho que decían sus abuelos cuando era niña.

Safe and burn.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora