ORDEN 35: El infierno parte 3. Venganza

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—¡Eres un maldito anciano presumido! —Gritaba Indrabu que gritaba con miedo, cada uno de los clones que el creaba era destruido por un movimiento increíble por Huevo. Tenia las intenciones de volver a huir, pero eso solo ocasionaría molestia para Vulcano, quien es un peligro aun más inminente que él.

—¡Muere de una puta vez! —Grito Huevo que comenzó a lanzar grandes oleadas que fuego que asesinaba de forma inconsciente a los aliados de Indrabu, tanto pirómanos como Incineradores que habían salido a combatir. Aquellas flamas de color blancas que desintegraban todo lo que tocaban. Una venganza poética en una pelea uno contra uno.

Indrabu no entendía de donde sacaba aquella fuerza de voluntad que era latente, palpitando a la vista que lo rodeaba. Era una especie de aura platinada que no había visto desde aquella batalla que tuvieron la primera vez.

—Perdiste a la mujer que amabas... a tus mejores amigos... ¿!Qué rayos te motiva!? —Gritaba intentando obtener una respuesta clara.

—La familia... —Respondía Huevo molesto. ¿Cómo es que no lo podía comprender? ¿No se supone que su contrincante era uno de los jefes más inteligentes de Babel?

Cada recuerdo que Huevo tenia de sus nuevos compañeros le causaba una emoción de ver que más le podían ofrecer. Se comenzaba a encariñar con cada aventura que tenia con ellos además de ver sus verdaderas motivaciones poco a poco. Se percato que Frank no era muy diferente a el y Denis era una persona que le recordaba a el cuando era joven. Era un mar de sorpresas estar con ellos, además de que finalmente se sentía que permanecía a un pequeño grupo donde lo aceptaran... una familia.... aquel termino que solo había utilizado cuando formo un grupo de compañeros junto a su esposa. Los demás grupos en los que permaneció nunca le dejaron una impresión de existir lazos entre ellos. Todos querían tener fama y ser el centro de atención a excepción de él. La venganza lo comenzó a motivar a seguir siendo parte de los rescatistas, pero de pronto comenzó a olvidar su motivación y termino transformándose en un muerto en vida, hasta que la luz que irradiaba el equipo de Rescatistas número 23, de la ciudad Central a cargo del director Satu. Aquellos rescatistas cabeza hueca que comenzaron a crear un sentimiento de vida de nuevo en aquel hombre que lo había perdido todo.

—¡De una maldita vez muere! —Los movimientos de Huevo comenzaban a agilizarse. La determinación de eliminar a un enemigo le daba más energía haciéndolo desde más fuerte, veloz e instintivo. Entre tantas estelas de fuego blanco uno dio exactamente en el brazo izquierdo de Indrabu haciéndolo gritar de dolor para que el luego lo atacara con las garras de su otro brazo hiriéndole un hombro.

Los dos se miraron con odio ya que parecía una lucha que estaba comenzó a ir para largo.

Indrabu se dio cuenta que su brazo izquierdo no se podía regenerar y la parte afectada se comenzaba a caer como si fuera gangrena, pero era parte de las flamas blancas de Huevo.

—Que bueno que escape de tus flamas las dos veces que casi me asesinas...

—Hoy no será un casi, hoy serás eliminado.

Indrabu comenzó a reír para luego intentar emprender vuelo, pero sintió como algo le había detenido a su poder de transformarse en humo.

—¿Pasa algo...? ¿No puedes huir? —Pregunto Huevo sonriendo para correr y envestirlo lanzándolo varios metros.

Indrabu se recuperó, para luego lanzar bolas de fuego de su boca, pero Huevo las esquivaba rápidamente usando movimientos de danza.

—M... Maldito... —Murmuro Indrabu para luego intentar atacar a su enemigo con una serie de zarpazos, pero luego se dio cuenta que las poses habituales de Huevo eran diferentes.

Safe and burn.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora