Safe and burn.

ORDEN 58: La flama del tiempo, parte 1.

Tras llegar del vuelo, finalmente en aquella ciudad. La gran ciudad central de Canijo. Un lugar realmente pobre. A unos momentos de haber llegado, Dani se administro un suero anti-incinerador, con ello evito que las heladas tierras terminara con su miserable vida. Akari y Manant llegaron y descendieron sin problemas.

La nieve en aquel lugar era de color gris, estaba bastante contaminada. Había fabricas en aquel lugar que trabajaban a tiempo completo, las pedreras no dejaban de causar estragos en el viento.

—Este lugar es un completo asco. —Decía Manant que colocaba unas bolsas a sus botas para no mancharse con la nieve sucia.

—Y... Y.... ¿Y a donde... vamos ahora? —Preguntaba Dani algo animado.

—Buena pregunta... no había más información en esa hoja de papel, sin embargo... deberíamos de buscar algo que podría ser una fábrica.

Caminaron por el aeropuerto, ahí solo pasaban personas con dinero. Aquellos que nacían y morían en Canijo no tenían nada de dinero, a veces siquiera como comer. Solía darse mucho el canibalismo, aunque las notas periodísticas intentaban ocultarlo.

El parque industrial más grande del mundo, aprovechando que es un lugar horrible, ahí se suelen cometer los crímenes más horribles del mundo.

En ese lugar, en el pasado. Los Daemonium casi mueren al encontrar por primera vez el metal frio y como reacciona ante algunos ácidos, transformándolo en una densa nube de humo toxico.

Tras llegar y rentar un auto, Manant comenzó a conducir por la ciudad. Las calles estaban repletas de personas moribundas, con bastante hambre. Algunos Giosas habían perdido el cabello por no alimentarse bien, Animalis con roña y con enfermedades y ni se diga de los pobres niños que estaban en los huesos.

—Pobres... el gobierno no se encarga de ellos. —Decía Manant algo molesto, tenia la idea de crear alguna maquina que cosechara comida, hongos comestibles o la simple siembra. Pero pensaba en como el gobierno no le conviene. Se prefiere pagar por una mano de obra barata que pagarles bien y que vivan bien, la necesidad de ser el mejor en los trabajos es bastante competitiva.

—Tal vez podamos cambiar algo... cuando esta guerra oculta termine... —Mencionaba Akari, quien comenzaba a divagar.

Sintió como alguien le respiraba en el cuello, trato de no girarse, no podía ser Dani quien iba sentado en la parte de atrás. Y veía por la colilla del ojo una gran cabeza con unos ojos gigantescos, cristalinos viéndola fijamente, excitada. Ella se giró rápidamente y vio como no había nada. Nadie vio nada, otra vez se sentía loca. ¿Sera solo Rion quien la ha estado acosando?

Tras llegar a una estación de policía y estacionar el carro decidieron bajarse para preguntarle a un oficial.

—Esta es la mejor opción. Busquemos algún lugar que este abandonado con la escusa que lo queremos comprar. —Mencionaba Manant.

—Si... supongo que es la mejor opción.

A penas entrando fueron recibidos bastante bien. Un Giosa de cabello negro se acerco con un uniforme azul. Parecía un soldado, pero no tenia tantas manchas de camuflaje o armas largas. Solo portaba en el cinturón un arma y una radio.

—¿En que les podemos servir...? —Preguntaba algo prepotente el sujeto, como si no deseara para nada hacer su trabajo.

Akari veía las facciones del hombre, observaba la forma de sus cuernos y como tenia posicionada su arma. Tomaba cada nota que podía y la guardaba mentalmente. Aprendió de Frank en tener todo detalle en cuenta.