Safe and burn.

ORDEN 43: La hacienda.

Los pasillos estaban vacíos en aquel gran castillo, sin embargo se encontraban incineradores de clase C limpiando, para Terra no tenían otro propósito que servir necesidades básicas en aquella isla. A pesar de que la mayoría debería de tener inteligencia, no le era pertinente dejar a muchos con ella. La sabiduría trae consigo la caída de aquellos que se alzan al poder.

—Es... bellísima... —Dijo Johei, quien iba caminando junto a Demi, quien inmediatamente escucho esas palabras.

—¿De quien hablas idiota?

Los dos caminaban sin detenerse, ignorando a todos los trabajadores barriendo y haciendo otros quehaceres.

—Hablo de la chica de la foto, mira.

Demi vio por primera vez la foto y vio a una Animalis de cabello blanco con muchísimos risos, dos cuernos de borrego y los labios de color rojo. Tenia una figura exquisita y rostro muy lindo.

—Bueno... Si es algo linda. ¿Y qué? Es nuestro objetivo matarla, mi objetivo creo que esta en el equipo de esa chica.

La foto que tenia Demi con la información para su ejecución se refería claramente de Kari, quien en ese momento se desconocía su paradero pero era una de las personas con mayor peligro dentro de sus enemigos. Aquella mujer que en su sangre posee el gen guerrero y la astucia que solo un asesino obtiene con el tiempo.

—¡Me gustaría conocerla!

Demi no dudo en darle un fuerte golpe en el estómago, no podía creer que su compañero estaba diciendo semejantes idioteces. ¿Cómo es posible que hable de esas cosas en aquellos momentos? Tenían que eliminarlos, no hacerse sus amigos.

—Recuérdalo muy bien, somos ejecutores. Nuestra misión es ejecutar a aquellos que cometan crímenes en contra del Rey. Ni se te ocurra hacer cualquier cosa sentimentalista.

Johei se guardo sus comentarios, ya que estaba completamente enamorado de aquella chica, aun no la conocía pero deseaba ya hacerlo. El ejecutor más grosero, violento y patán cambio con solo ver el rostro de una persona. ¿Algo más habrá cambiado en él?

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Mientras tanto caminaban ya cansados tras ya haber pasado por varias hectáreas de plantío seco. Veían como a lo lejos iba apareciendo una enorme casa a la cual por poco se transformaba en una mansión. Aquellos que iban caminando ya cansados eran Fly, Aquaria, Julieta, María, Akari, Franklin y Jenny quienes estaban por acercarse a la base del equipo SAB.

—¿Por qué rayos tenemos que caminar tanto...? ¿Además donde estamos...? —Dijo María, la única humana quien comenzaba a cansarse por el sol de aquella región, además de no creer que aquella hacienda era la base.

—Bueno... Fly no toco nada de la base como tal, además de que no está seguro quienes están dentro. Lo máximo que pudo hacer fue transportarnos a aquel teléfono de paga en medio de la nada. —Explicaba Akari quien iba recogiendo maíz que instantáneamente se volvía palomitas recién hechas.

En efecto, Fly los había llevado justamente a ese lugar donde hizo la llamada para separar los boletos hacia el aeropuerto con el cual llegaron a aquella ciudad del Equipo Explosivo, sin embargo tenía la intención de ir conociendo un poco más a Jenny y asegurarse de que todo era seguro y no pudiera atacarles de improvisto. Tras acercarse más a la hacienda vieron como había una mujer platicando con un hombre, no se distinguían por el ardiente suelo que dejaba a la vista el calor, pero tras verlos detenidamente se dieron cuenta que se trataba de Aris y Frank quienes estaban riendo mientras hablaban de misiones pasadas.