ORDEN 56: Bill.

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Un hombre lleno varios botes con aceite flamables, se conseguían fácilmente en la tienda. Nadie pudo preverlo gracias a que compro en diferentes lugares, además de que compro lo suficiente para llenar media alberca. Con su poca gasolina acelero hasta estrellarse con una escuela, había varios jóvenes en clase, era la madrugada y el sol comenzaba a salir.

El estruendo en la parte de abajo los asusto, los jóvenes se asomaban y veían a un hombre que acababa de chocar, bastante herido se bajo y levantando la cajuela comenzó a lanzar los botes inflamables en la entrada, un guardia salió. Pero Bill, saco un arma que pertenecía a su primo, disparo contra el pobre hombre. Todos se asustaron, acababan de ver a una persona muerta.

—¡Querían una perra noticia que salvara su tonta imprenta de mugriento periódico! ¡Ahora la tendrán hijos de perra!

Rápidamente entro y roció todas las botellas que pudo por el corredor que daba hacia la entrada, los jóvenes pensaban en huir por la salida que daba hacia el patio. Pero en ese momento, Bill prendió el fuego, su auto encendió en llamas y comenzó a prenderse todo a su alrededor. Una enorme bola de humo salió al aire demostrando que algo estaba mal. ¿Solo una persona armada era el problema? Fue cuando un incinerador que se escondía en una bodega pudo olfatear el dulce olor que se estaba produciendo, rápidamente salió y tras hacer algo de escandalo llegar hasta la escuela donde estaba el fuego. Inmediatamente comenzó a absorber el fuego del auto que era lo más visible, mientras algunas personas gritaban al verlo. Estaban ahí esperando a que los bomberos llegaran, pero estaban nerviosas por Bill que cuidaba los pasillos. El incinerador comenzó a fortalecerse y entro a la escuela. Pasaba sus manos en los muros incrementando el fuego. Dos metros de altura, prominente cola, grandes garras y una apariencia musculosa. Su rostro era parecido a la de un cráneo de caimán.

—¡Ayuda! —Gritaba una madre histérica, estaba asustada. Su hija estaba ahí y ni el incinerador ni Bill dejaba que alguien se fuera.

Bill vio al incinerador y no pudo evitar sonreír, este al no verlo como una amenaza, al contrario vio como provocaba más fuego decidió darle la famosa marca oscura. Era como ver el resurgir de Babel de nuevo.

Sin embargo un ruido de un motor asusto a las personas, se movía a increíble velocidad las personas se quitaron de la entrada ya que veían como una camioneta blindada se acercaba. Tras entrar y derrapar para estacionarse en medio del patio principal, se bajo un grupo bastante particular.

—¿Esos son...?

—Si... no puedo creer...

Ignorando toda regle de haberse entregado a las autoridades, de aquel camión blindado aparecían 4 personas uniformadas con un traje parecido al de un rescatista. Inmediatamente Fly lanzo algo de una mochila que portaba. Esa esfera que fue arrojada se pego en la pared y desplego una especie de estática, inutilizando toda especie de señal, no podía nadie llamar a la policía o al ejército ya que estropearía todo.

 Esa esfera que fue arrojada se pego en la pared y desplego una especie de estática, inutilizando toda especie de señal, no podía nadie llamar a la policía o al ejército ya que estropearía todo

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