Capítulo.- 01

1.4K 149 283
                                        

Pasan los días... Ceo que estoy mejorando pero luego vuelve a ocurrir; vuelvo a sentir ese vacío dentro de mí, esa angustia, vuelve el insomnio y las ganas de llorar por nada y a la vez por todo.

Pasan los días... Y solo deseo mejorar, la verdad nunca he estado bien, siempre estuve destrozada, vacía, triste... Porque nunca nadie pudo curarme, porque siempre tuve que poner de más en algo que me era dañino para mí, soy un caso perdido... Una vez lo intente con ayuda, todo iba bien, todo iba de una manera excelente...

Pero todo cambio, todo cambio al igual que mi persona en los siguientes cinco años...

Todo cambio al enterarme que estaba embaraza, al momento en que ambos hombres me pidieron hacer algo de lo cual no quería hacer, por miedo, por amor... Pero también, todo cambio al recibir sus aceptaciones de lo que estaba surgiendo en mi vida,  al notar las grandes sonrisas, la empatía y la amabilidad con la que de pronto me habían comenzado a tratar... Todo cambio al dejar new york para ir a seattle, todo cambio al ir a seattle...

El error, las penas... Lo asfixiante y atemorizante que viví al ser emboscada por un grupo de personas de las cuales, temíamos por completo.

Que feo fue sentir ese dolor en el pecho, tras enterarme de algo que no sabía y que seguramente no hubiese querido enterarme...

Fue atemorizante vivir esos momentos de adrenalina en donde la sangre bajaba de golpe, en donde el pulso se aceleraba, en donde estuve al borde de la muerte si no hubiese sido por él...

Lo vi caer... Lo vi.

Se estaba desangrando, estaba muriendo... Y yo lo vi...

Para mí fue duro salir de ese trance en que estaba después de haber sido llevada a la comisaria, donde podía ver las noticias transmitiendo desde los hechos, podía ver todo perfectamente como si de nuevo estuviera en presencia de la mismísima muerte.

Me fue difícil adaptarme a todo lo que cambio tan drásticamente a mí alrededor...

No más comodidades, no más vida a salvo siendo protegida por dos hombres y un perro.

Mi cama era dura, los baños eran un asco, la gente era espantosa allá adentro de esa correccional para mujeres en la que estuve por tres malditos años... Tres...

De los cuales fueron una completa tortura para mí.

La comida era un asco, el agua parecía contaminada... 

En los tres años que estuve allí, Norman Jayden trabajaba día y noche con la ardua desesperación de hacer todo lo posible para que me dejaran ir, los citatorios con los jueces y abogados eran estresantes, los gritos, los reclamos, las arduas contradicciones que hacían en mi contra tras no querer oír la verdad de mi historia...

Todo parecía en vano...

Pero de pronto; todo cambio en un abrir y cerrar de ojos, todo se volvió a mi favor, fue como si alguien hubiese hecho algo por mí, como si alguien hubiese sido iluminado o iluminada por la verdad... Al tercer año... Quede absuelta de todos los cargos que habían surgido en mi contra.

─: ¡Fue obligada, fue amenazada a muerte, fue una víctima más al igual que la mayoría de esta estúpida ciudad! ─jamás olvidare las palabras de aquella mujer que se levantó en el juzgado junto con la mayoría de las personas presentes...

─: ¡No es justo que pague por algo que hizo por nosotros! ¡Nos salvó de las garras de un asesino temido! ─aquel hombre de piel blanca y ojos oscuros estaba tan molesto ese día que las cosas que mencionaba eran sumamente asombrosas.

KRYPTONITE |[SG Libro 2]|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora