Capítulo.- 09

1.2K 131 296
                                    

Narrador

El sonido de la música clásica es relajante, la sinfonía de los pianos, violines y arcos son repetitivos, las voces ligeras y agudas que dan a la par de las sinfonías denotan notas altas y relajantes, notas apreciables y que para pocos son de sueño. Sonidos fuertes, suaves, sonidos ligeros que despiertan emociones encantadoras de quien es amante de aquel tipo de música.

No hay más que el sonido que se desprende de aquel aparato que se encuentra en la enorme sala, rodeado de muebles de piel, estantes de madera con cuentos de libros, pequeñas esculturas con valor, cuadros pintados de manera experta e inexperta que llaman la atención de cualquiera que pise aquella zona.

Sin embargo, el sonido responsable de aquella música se encuentra en la sala, la cocina está habitada por el chico de cabello marrón y ojos verdes, sentado en una de las sillas de color chocolate que forman parte de la mesa de cristal, sus libretas estan en encima de la mesa al igual que algunos libros de texto, bolígrafos esparcidos por la mesa de todo color y un lápiz del número dos.

Narian Astori pasá uno de los bolígrafos de tinta negra por una de las libretas de pasta gruesa, la letra y la perfecta caligrafía en manuscrita dejarían atónitos hasta al más perfecto amante de la caligrafía.

Luce concentrado, sus deberes han sido la principal prioridad del día. Sabe que por la noche podría hacer trabajos con Harry o incluso con Michael, sabe que quizás podría ir con Ian o a casa de Mario a pasar el rato. Sabe que pueden suceder cosas inesperadas, como lo que le paso hace una hora en la preparatoria en donde estudia.

Sube la palma de su mano hasta su mejilla izquierda, el dolor sigue siendo pulsante, no puede decir que se arrepintió de haber hecho lo que hizo, no cuando uno de los compañeros de su aula de clases lo insulto y molesto hasta el punto de hacer que Narian perdiera la cabeza por segundos.

Los pasos sobre el piso de azulejo no se hicieron esperar, pensaba que estaba solo, pensaba que nadie estaría en casa, pero al parecer se equivocó. Los tacones resuenan, pasos lentos y pausados son contemplados por el chico quien se ha dedicado una vez más a sus deberes.

El dispensador de agua ha soltado algunas burbujas llamando la atención de Narian, quien al voltear su rostro se encontró con la figura de Rachel, la mujer luce encantadora en aquel vestido color rosa palo, el maquillaje que usa no está en exceso como está acostumbrada a usarlo, los tacones que porta son bajos y su cabello largo, suelto y ondulado la hacen lucir más que perfecta.

─Que concentrado estas ─dice ella en un murmuro perceptible─ tanto para no darte cuenta que Michael te ha estado llamando.

─No lo he escuchado ─se dice al momento en que vuelve a sus deberes─ creí que nadie estaba además.

─ ¿Qué te ha pasado ahora Narian? ¿volviste a meterte en problemas?

─Algo así ─responde con desinterés─ el tipo se lo ha buscado. Fue fuera del colegio no te preocupes que no te llamaran.

─Eso espero ─dice ella bebiendo de aquel vaso con agua, la mujer ha llevado su vista hacia la entrada de la cocina, la silueta de aquellos dos hombres no pasó desapercibida por la mujer.

Uno de ellos en especial camina hasta ella con una sonrisa en su rostro, ella lo recibe de la misma manera antes de sentir los labios de Harry contra los suyos, la mano del hombre viajo hasta el vientre de aquella mujer quien orgullosa ha esperado con ansias a las dos criaturas que pronto disfrutaran a mejor comodidad y felicidad.

Seis meses de embarazo, seis meses en los cuales se dieron cuenta que no sería solo una niña si no dos, la felicidad de Rachel y Harry no se hizo esperar a mas, los planes eran solo para una boda que se llevaría pronto acabo pero ahora, la emoción es otra, la prisa por querer hacer de la mejor manera su vida se sumió con la nueva idea de dejar todo aquello que ahora tienen.

KRYPTONITE |[SG Libro 2]|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora