Capítulo.- 31

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La autopista está completamente sola, no hay ningún otro auto además de nosotros y por supuesto de los chicos que hasta ahora no han perdido el rumbo para seguirnos. Coloco mejor aquella manta gris sobre mi cuerpo, hace bastante frío a decir verdad, no me imaginaba que haría tanto frío, desde hace minutos que he querido cerrar los ojos, pero a decir verdad no hay calma para que los pueda cerrar no me siento segura a decir verdad durmiendo en un auto que viaja en completa oscuridad con solo sus luces alumbrando el camino.

La radio está encendida dejando escuchar las ultimas noticias de esta tarde, tal parece que al querer infiltrarse en el almacén que Jake menciono no salió del todo bien, según esto a lo que me entere y hoy estan concluyendo, hubo problemas a saber la localización de Banner, solo gente que empaquetaba las drogas estaba ahí atenta a su trabajo, sin esperarse que acabarían por infiltrarse en su área de trabajo.

Después de todo, Jake dijo la verdad...

Un suspiro profundo escapa de mis labios, cubro con aquella manta la mitad de mi rostro dejando solo a la vista mis ojos.

La bocina de un auto me hace llevar la mirada al espejo retrovisor, notando como el auto de Ian encendía una de sus direccionales del lado derecho, lleve la mirada a Michael quien llevo la mirada a su derecha, una estación de servicio estan a pocos kilómetros de nosotros. De la misma manera, enciende la direccional sonando la bocina.

Cuando ha dado la vuelta en dirección a aquella estación, baja la velocidad hasta que por fin se estaciona justo a un costado de uno de aquellos surtidores de gasolina, por un momento el sonido del motor del auto deja de ser escuchado por mí, llevo la mirada a una tienda que está a pocos pasos, es entonces que abro la puerta del auto y bajo de inmediato.

─ ¿A dónde vas? ─alza la voz desde el interior del auto.

─Tengo hambre ─digo sin siquiera mirarlo.

Mi vista viaja hacia Ian, quien ha bajado del auto de manera apresurada, no cerró la puerta del auto pero puedo ver a Mario y a Frank riendo por la manera en como Ian corrió hacia los baños de aquella estación. Lara también ha reído una vez bajo de aquel auto, de la misma manera camino hacia los baños.

Escucho pasos detrás de mí, giro mi rostro lentamente para ver a Narian sonreírme de manera amigable, siento sus manos sobre mis hombros mientras me conducía hacia el lugar a donde me dirigía.

Aunque tenga diecisiete años, es más alto que yo...

Cuando entramos a la tienda, solo vimos a una chica estar frente a una máquina de café, en su mano tiene una rosquilla misma que ha comenzado a comer a pequeños mordiscos. Del otro lado en la caja, está un hombre joven, no pasa de los treinta años, está leyendo un libro, mismo libro que recuerdo a Lewis le encantaba leer.

Narian, caminó hacia el pequeño pasillo de la comida chatarra, se agacha un poco para poder escoger al menos dos paquetes de papas fritas, mismas que se llevó directamente hacia los refrigeradores donde habia variedades de sodas, cervezas e inclusive botellas con agua.

Camine hacia las máquinas de café una vez la chica se apartó, tome un vaso y comencé a servir un poco al presionar uno de los tantos botones mismos que tenían como imágenes los sabores de cada uno de ellos. El sabor vainilla fue el que escogí, el líquido caliente se desplaza alrededor de todo el vaso hasta que por fin se llena por completo, tomo con cuidado el café y camino hacia una pequeña mesita en donde sobres de azúcar, tapaderas y pajitas estaban a disposición para que uno los tomará, tome alrededor de tres sobres de azúcar, procedí a revolverlo con la pequeña pajita y después lo tape.

Camino hacia la caja observando de un momento a otro a la mujer salir de aquella tienda hiendo dispuesta a su auto.

─ ¿Es todo? ─me mira con calidez, miro a Narian quien me muestra un paquete de galletas, mismo que le indico que se lo lleve.

KRYPTONITE |[SG Libro 2]|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora