Capítulo.- 14

1.2K 144 500
                                        

Nada ocurre, el tiempo pareciera haberse detenido en un abrir y cerrar de ojos.

Se siente como si el mundo hubiese dejado de girar, puedo jurar que mi corazón ha dejado de latir, puedo jurar que mi mente ha quedado en blanco por este acto que ha hecho revolucionar mis emociones.

Sus dedos siguen aferrados contra los cabellos de mi nuca, sus dedos siguen deslizándose con suavidad por encima de está. Sus labios son tibios y la respiración que los abandona es temblorosa. La calidez que su cuerpo emana me hace sentir reconfortante, me hacen sentir en un estado tranquilizador y seguro de todo lo que pueda estar a nuestro alrededor.

He dejado de sentir las caricias en mis brazos, sus manos grandes ahuecan mis mejillas en cuestión de segundos, la delicadeza con la que sus dedos se deslizan me hacen estremecer, me hacen estremecer por volver a sentir tales caricias que jamás imagine volver a sentir.

Pero entonces, me besa con urgencia.

Me besa como si no hubiese un mañana, me besa con aquellos labios ásperos que han tomado una temperatura distinta, un gemido ahogado brota de mis labios al sentir su lengua abrirse paso para encontrarse con la mía. Un gruñido acompaña la acción del moreno quien me a comenzado a besar con ferocidad sin dejar de recorrer cada centímetro de mi rostro.

Apenas si puedo respirar, apenas si puedo ser consiente de donde estoy y con quien me encuentro y qué me encuentro haciendo.

Nada duele, no hay rencor, no hay odio, no hay daño previo a los sucesos que ocurrieron hace cinco años atrás. No hay recuerdos de palabras hirientes ni de actos que me hayan destrozado.

No hay nada...

Quiero llevar mis manos hasta su nuca, enredar mis dedos en su cabello rizado y oscuro como solía hacerlo, pero también quiero apartarlo, quiero gritarle, quiero abrazarlo, quiero llorar bajo su regazo por todo, por todo aquel sentimiento que no ha dejado de resurgir en mi interior, quiero golpearlo...

Mis manos suben hasta sus hombros de manera lenta y pausada, suben hasta sus hombros en donde la tela de su camisa se cierra entre mis puños, mis rodillas tiemblan, mis piernas hacen la misma acción.

Sus manos han bajado de mi rostro hasta llegar a mi cintura en donde la urgencia de sus dedos por querer escabullirse por debajo de la tela de mi chamarra se han hecho presente. Me acerca más a su cuerpo embriagador, sintiendo aún más la calidez que emana de él.

Su cuerpo se ha asentado por completo al espacio que hay entre mis piernas, es en ese entonces que sus dientes se aferran con fuerza a tirar de la carne de mi labio inferior. Un quejido -mitad gemido- me abandona al instante en que siento aquella acción, acción que llego a revolucionar el vicio que sentía por este tipo acción, vicio por sentirlo de esta manera tan apegada a mí...

Pero las cosas no funcionan así...

El abismo de coraje se instala en mi mente, el dolor y la pena de lo que acaba de pasar me llenan el alma de vergüenza pura. Mi boca se aparta de la suya con brusquedad, por un momento puedo ver su rostro severamente confundido, por un momento puedo ver que soltara una exclamación hacia mi persona.

Pero ni siquiera dejo que hable, ni siquiera se alcanza a apartar antes de que mis manos lo empujaran con fuerza lejos de mí, lejos de todo mi espacio que estaba invadiendo con su maldita presencia...

Bajo del escritorio de madera confundida, dolida, bajo del escritorio con mi mirada derrotada apunto de derramar las miles de lágrimas que no habia podido derramar por completo. Doy al menos cinco pasos antes de parar en seco y llevar mis manos hasta mi cabeza y tirar de mi cabello con un poco de fuerza. Las lágrimas ya han abandonado mis ojos, han comenzado a recorrer mis mejillas.

KRYPTONITE |[SG Libro 2]|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora