KRYPTONITE |[SG Libro 2]|

Capítulo.- 02

─ ¿Aceptaste entonces? ─Alice suena entusiasmada, casi puedo jurar que la chica se encuentra con una sonrisa para nada desvergonzada.

Hace dos horas aproximadamente que mi jornada laboral termino, hace dos horas aproximadamente que llegue a aquella casa situada en South Bronx, si, a esa casa en donde solía vivir con aquellos sujetos.

He trabajado por tanto tiempo para comprar o rentar un apartamento situado en una zona tranquila y la cual me queda cercas de mi trabajo y universidad. A pesar de mi arduo esfuerzo aun no consigo el dinero suficiente para rentar un apartamento o comprarlo, el pago de mi colegiatura y de las cosas de la casa me deja apenas con doscientos dólares para sobrevivir.

Me es difícil conseguir un buen trabajo, por el simple hecho de que nadie quiere contratarme debido a mi historial...

No los culpo, la gente me teme, sin embargo he cambiado cosas que la gente no quiere ver para nada.

Si por mí fuera, ya hubiese salido de este lugar desde que salí de la correccional, quizás ni siquiera hubiese tocado este lugar...

─Si acepte ─sonreí mirando hacia la mesita de centro─ de todas maneras, le debía la cena.

─ ¡Pero él la pagará! ─la mujer grita eufórica desde el otro lado de la línea, está más emocionada que yo─ debes contarme los detalles de esa salida tan especial.

─Alice por Dios ─empuño los ojos por segundos antes de abrirlo y llevar mi mirada hacia la puerta─ aún faltan horas para eso.

─Lo has dicho Lily, horas. Deberías emocionarte, luces como mi papá cuando se enteró que mi madre estaba embarazada ─reí un poco─ Lily, es una oportunidad única para ti, Rami es alguien... Único en su especie.

─ ¿Único? ─repetí en son de pregunta lo último que dijo─ cuando lo conociste dijiste que no te había agradado.

─Bueno, parecía un tipo adicto al crack ─negué sonriendo─ ya en serio... ¿No se droga?

─A lo que sé, no. No lo hace.

─Mala suerte para él ─la negatividad en su voz comenzó a tomar su efecto─ se topó con una chica que fuma marihuana, inhala cocaína e inyecta heroína.

─... Ya no lo hago Alice...

─ ¿Me crees estúpida? La semana pasada que fui a visitarte encontré la droga debajo de la cama de tu exnovio el difunto.

─...

─Collins, me prometiste no volverlo a hacer.

─Lo siento... de verdad lo siento pero, creo que es lo único que me distrae de varios sucesos en mi vida Alice...

─ ¿Sabes? A veces me gustaría que te diera una sobredosis Collins ─mordí mi labio inferior.

─Yo también Alice, yo también...

─Imbécil... No te salvaras tan fácil Collins, algún día de estos no encontraras nada de droga y mucho menos tus amigas las navajitas.

─ ¿Qué tal las vegas? ─cambio de tema colocándome de pie, un suspiro lleno de fastidio abandona los labios de aquella chica, camino hasta la cocina para abrir la nevera y de esta tomar el envase de jugo de naranja.

─No es como lo imagine, es mejor ─dice con desinterés─ es un buen lugar.

─No te escuchas muy feliz ─sirvo un poco de jugo en un vaso de cristal.

─Tienes razón, no estoy feliz, porque sigo preocupada por mi mejor amiga quien sigue drogándose y sigue cortándose las malditas muñecas como si fuera la cosa más natural del puto mundo.