Capítulo.- 36

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Mi piel se heriza.

Rompe con el sueño en el que me encontraba atrapada. El cálido y áspero tacto que se hace presente en mi brazo izquierdo me asalta con una sonrisa cálida. Mi mirada se posiciona en aquella puerta blanca que está completamente cerrada, recorre la habitación en cada esquina, en cada mueble e inclusive en el piso.

Un segundo contacto se adueña de mi espalda, encargada de que me erice aún más de la cuenta, sus labios tibios se deslizan sin parar por la parte alta de mi espalda e inclusive por mis hombros desnudos y cuello.

Me abraza, me rodea con sus brazos fuertes y desnudos sintiendo la calidez de su cuerpo desnudo junto al mío. Sonrío aún más al acomodarme mejor sobre aquella cama, pegada a su cuerpo, siendo testigo de la sensación tan increíble que hay en mí.

Nuestras piernas estan entrelazadas, no deja de haber comodidad ni por un segundo, no deja de haber ese sentimiento de felicidad, de paz, a decir verdad me encantaría quedarme así el resto del día.

Los dedos de su mano que me rodean trazan caminos sobre mis brazos, vuelve a besar mi hombro desnudo, mi cuello y después se queda completamente quieto sin cambiar la posición en la que nos encontramos.

La vocecita de Christine a lo lejos causa una risa ronca en Michael, solo presenciamos las disputas de ella y Narian, disputas que han comenzado solo por una caja de cereal, cereal que al parecer escuche decir a Christine habia muy poco y ella quería comérselo.

Frunzo mi ceño al escuchar a Narian que es de él, que él lo compro y qué además que Christine comió mucho el día de ayer por la tarde, las negaciones de la niña son exageradamente graciosas, discute riendo al igual que Narian, no está molesta y digo que no lo está porque la risa la delata demasiado pronto.

Cierro los ojos negando un par de veces, coloco uno de mis brazos por debajo de mi cabeza para apoyarme mejor, Michael sigue abrazándome con tanta fuerza que juro me quedare dormida aquí y ahora, acorrucada junto a su cuerpo, sintiéndome totalmente protegida por sus brazos que me rodean brindándome comodidad.

Anoche me hizo tan feliz...

Mis negaciones dieron frutos para él al final de cuentas, después de todo consiguió lo que quería, sus propósitos, consiguió que aquella propuesta de matrimonio valiera completamente la pena.

No sé qué decir, estoy tan feliz por lo que sucedió que no me cabe en el pecho todos los sentimientos que tengo ahora mismo, sentimientos que siempre tendré en presencia de este hombre.

Puedo decir que me hizo tan feliz en una sola noche, tan feliz que sentía que no merecía nada de esto, nada de compromiso, nada de mostrarme feliz y segura con él, nada de recibir nada a cambio de él, pero él me hizo sentir todo lo contrario a lo mencionado.

Me hizo el amor por la noche de una manera tan distinta, de una manera en la que sus labios marcaron cada minúscula parte de mi cuerpo, me hizo el amor dedicándome palabras tan únicas, tan amorosas... me hizo el amor con palabras, actos y caricias.

Él tiene todo lo busco, lo que deseo, lo que amo, él tiene todo aquello que creía imposible obtener de una persona.

Un suspiro entrecortado me asalta y mis ojos se abren con lentitud para comenzar a girar mi cuerpo hasta lograr encararlo por segundos. Me mira, lo miro, nos dedicamos sonrisas y palabras que se escuchan con solo las expresiones, paso mi brazo por su torso desnudo y lo abrazo, recargando mi cabeza en su pecho, escuchado los latidos lentos de su corazón mientras que su mano derecha me abrazaba comenzando a acariciar mi cabello.

Otra risa ronca brota de él, vuelvo a negar pero ahora porque Ian es quien ha comenzado a regañar a Narian y a Christine, los reproches de Narian y Christine nacen al momento en que Ian dice que él será quien se comerá el cereal.

KRYPTONITE |[SG Libro 2]|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora