KRYPTONITE |[SG Libro 2]|

Capítulo.- 18

Michael

Cierro la puerta al momento en que estoy dentro de aquella casa, no hay música, no hay ruido, no hay voces, no hay nada proveniente al más mínimo sonido dentro del lugar. Los sonidos del exterior quizás son los únicos que pueden escucharse y eso son apenas sonidos de las aves que se han parado a descansar en los arboles de la zona.

No habia ningún auto estacionado fuera de la casa, tampoco estaba la motocicleta de Narian. Supongo que aún no han llegado y si lo hicieron decidieron salir a pasar la noche en algún bar o incluso en el muelle.

Clientes y socios se juntan para crear ambientes agradables por las noches en los días viernes e inclusive en los días sábados, se juntan para convivir y quien sabe, crear nuevas estrategias para la trata de mercancía en diferentes zonas más alejadas a New York.

Coloco las llaves de la casa encima de la repisa color negra, elevo la mirada observando aquellos ojitos marrones y cabello largo castaño, paseando mi mirada por la piel blanca y sonrisa amplia de aquella niña quien sonríe con ternura. Un suspiro ahogado abandona mis labios al momento en que tomo aquella fotografía para poder contemplarla a mejor manera, no me canso de verla, no me canso de imaginar cómo será el día en que por fin pueda abrazarla...

Como le dije a Malek, como le dije a Lily, solo quiero verla, no quiero apartarla de aquella familia que la cuida, tampoco quiero hacerles daño, pero lo que quiero, es el derecho de poder verla al menos dos veces por semana, tener ese derecho de poder disfrutar con ella lo que no pude disfrutar cuando tan solo era una bebé, quiero disfrutar con ella lo que más le guste hacer, quiero conversar, quiero sentir aún más ese sentimiento de cariño, de amor, de afecto que le tome a esa niña aunque solo la haya visto en esta fotografía.

Arcadas me sacan de mis pensamientos, llevo la mirada hacia al frente con mi ceño ligeramente fruncido. La foto fue colocada en un lugar diferente debido a aquella distracción que interrumpió mis pensamientos, coloco una mano en el mueble manteniendo la calma y paciencia para poder saber si lo que escuche fue solo mi imaginación.

Pero no fue así, estas han aumentado de manera agresiva en aquella mujer, corro por las escaleras subiendo hasta el segundo piso, creo que ahora lo menos que me preocupa es resbalar por estas... El llanto que ha hecho presente en la mujer me llena de un escalofrió tenso, las arcadas no paran ni por un momento. Dejo de correr para ahora solo tener aquel paso apresurado, lo primero que hago es verificar de donde viene aquel amargo llanto y cuando lo hago solo entro a aquel baño sin avisar.

Hincada frente a la taza, pálida, con sus manos y piernas temblando mientras un frasco de color amarillo está a su costado. Lara esta con la cabeza casi metida en el retrete...

Me acerco hasta ella acuclillándome a su costado, tratando de contener aquellos mechones de cabello atrás de sus orejas pero sobre todo, tratando de hacer que parara de devolver.

Ahora, solo llora a mares, llora diciendo algo que no comprendo del todo. Me coloco de pie dirigiéndome a la lava manos para tomar el pequeño vaso de cristal y llenarlo con agua de aquel grifo. Camino hasta ella nuevamente hincándome, cube su boca mientras ese llanto amargo seguía en ella. Tomó el vaso de mi mano para llevarlo temblorosamente hasta sus labios, observaba como bebía de manera lenta, como tragaba aquella agua con dificultad y un miedo que no comprendía del todo.

Su cabello está húmedo, su cuerpo apenas si es cubierto por una de sus tantas batas que tanto le gusta usar, esta, es color blanco y un tanto corta. También puedo ver su toalla color crema a un costado de la ducha, tal pereciera que acababa de bañarse hace minutos.

Su mano deja aquel vaso a un costado del retrete. Me aproximo aún más a ella para envolver uno de mis brazos por debajo de las piernas de Lara mientras que con el otro brazo la sostengo por la espalda.