KRYPTONITE |[SG Libro 2]|

Capítulo.- 05

Michael Jackson no deja de analizarme de pies a cabeza...

Su mirada fría y desinteresada se pasa por cada cobertura de mi cuerpo y rostro, ceños fruncidos y muecas de incomodidad surgen en su rostro, la mirada de desaprobación se filtra de la misma manera en que sus suspiros profundos escapan de él.

Pupilas dilatadas apenas si dejan ver el marrón de aquellos ojos que añore por meses, mis manos siguen temblando, mis labios titilan por el miedo que siento al estar frente a él, no luce como el alma bondadosa y piadosa que fue en sus momentos, ahora luce como la clase de persona que podría colocar un arma en tu boca y tirar del gatillo sin preocupación alguna.

Ian Somerhalder sigue a su costado, mirándolo, pasando su mirada sobre mí y sobre el chico que está a mi costado de rodillas. Quiero saber que mierda está pasando ahora mismo...

Baja la mirada con sus manos dentro de los bolsillos de aquel pantalón, con suavidad gira sobre sus talones caminando hacia una mesita alta de madera. Variedades de licores están en esta, incluso un cubo de cristal en el cual pueden apreciase cubos de hielo.

Al tomar un vaso pequeño de cristal coloco al menos cuatro hielos y después un licor de color amielado. Giró nuevamente con suavidad teniendo aquella bebida alcohólica siendo sostenida por su mano derecha.

─Que pequeño es el mundo ─dice antes de beber de aquel vaso de cristal, bebe sin quitarme la mirada de encima, bebe sin importarle que ahora mi mirada exprese más que molestia─ mande a buscar a Malek y encuentran a alguien más del cual no estaba interesado en ver.

─ ¿Por qué a Malek? ─ignoro sus palabras y pregunto con brusquedad, él le entrega el vaso a Ian totalmente vacío, los cubos de hielos son los únicos que están allí, sin embargo el licor ha desaparecido.

Rami me mira como si él tampoco supiera que este hombre seguía aquí, me mira con deseos fuertes de querer huir, de querer accionar algo y desaparecer de esta ciudad.

Una seña es la que Michael hace a los dos adolescentes que estaban detrás de él, ambos caminan hacia nosotros intentando colocarnos de pie y cuando la chica iba a ponerme de pie a mí, él la apartó con un poco de brusquedad, tomo mi brazo con fuerza, sentía sus dedos presionar mi piel, sentía como mis músculos quemaban por segundos.

Estoy parada frente a él ahora mismo, observando al hombre que aún sigue siendo más alto que yo.

Un escalofrió domina mi cuerpo al momento en que se coloca detrás de mí, sus manos han comenzado a hurgar entre los bolsillos de mi pantalón y chaqueta una risita brota de sus labios, dejo de sentir aquella rosa que estaba siendo sostenida con fuerza por mí, por un momento quiero golpearlo por hacer eso, pero por otro quiero mantener la calma a todo lo que él haga ahora. Pasos sobre las escaleras se hacen presentes una vez más y, cuando él deja de pasar sus manos por mi cuerpo bajo la mirada sumida en mis pensamientos.

No me hará daño... Por más que quisiera hacerlo, sé que no me hará daño.

Su silueta me cubre por completo, elevo con lentitud mi mirada chocando con la suya, y entonces él lleva su rostro hasta una parte a la cual yo sigo con rapidez.

Camisa blanca con rayas de color negras, abierta en los dos primeros botones dejando a la vista uno de los tantos tatuajes de aquel hombre, pantalones negros ajustados y zapatos color café claros.

La figura masculina que se ha presentado en mi campo de visión me hace estremecer, me hace tragar saliva, me hace temblar...

La chica que está detrás de él es delgada, su piel es blanca y su cabello es negro como la noche. Sus ojos están hinchados, tiembla, luce temerosa... Luce como si estuviese viviendo en un problema profundo.