KRYPTONITE |[SG Libro 2]|

Capítulo.- 22

─Esa misma noche, Jolson nos citó a Harry y a mí en su casa, nos citó solo para hacernos jurar que nada saldría de nuestros labios, para hacerle fiel a su maldita palabra... amenazas de muerte hacia mis padres, hacia Janet... amenazas de muerte hacia la madre de Harry e incluso hacia su hermana... hacia ti. Me preocupaba la manera en la que Jolson decía las cosas, en la manera de cómo se expresaba, no solo se iría contra las personas nombradas, Dylan también estaría metido en esto.

─...

─Si, tal vez yo acabe con su vida, pero siento decirte que alguien, termino más pronto con la vida de tus padres, siento mucho el tener que decirte que esa persona fue Dylan, siento mucho el decirte que Dylan fue un responsable que con Jolson nos hizo mentir y ocultar esta verdad. Les hizo aquello por odio, odio al haberlo dejado con un hombre que en su momento lo trato de la mierda.

─...

─Por favor Lily... dime algo.

No podía decirle nada, ni siquiera pude sostenerle más tiempo la mirada. No podía describir las emociones que atacaban a mi mente a mi corazón, los sentimientos que sentía eran tan fuertes que juraban llevarse todo aquel compadecimiento que sentía hacia mi hermano.

¿Por qué? Es la pregunta que ni ha dejado de rondar mi mente... ¿por qué? Los torturo hasta casi matarlos, supongo que mi padre estaba muriendo lentamente, supongo que mi padre lo único que deseaba era morir en ese instante en que Dylan comenzó a atacarlos.

No me imagino como fue que inicio con eso, tampoco quiero pensar o imaginarme lo que Jolson pudo haberle dicho para que actuara de esa manera, tampoco quiero imaginar cómo Banner influyo tanto en su vida, tanto en sus pensamientos, tanto en las decisiones que mi hermano hubiese tomado por su cuenta.

¿Cómo fue que Jolson daño su mente? ¿cómo fue que la hecho a perder? ¿cómo fue que no tuvo corazón para apiadarse de mi hermano? ¿para pensar por él? Si, Dylan quizás habia tomado un gran odio hacia mis padres, pero ¿matarlos? Un jodido niño de nueve años... nueve.

No hay llanto desgarrador por mi parte, solo lágrimas que caen de mis ojos una tras otra, lagrimas que resbalan de mis mejillas húmedas y rojas, lagrimas que llegan a parar hasta mis labios.

No me mintió en lo que dijo, sé que habló con la verdad, sé que me dijo todo aquello que yo deseaba saber, sus ojos también derraman lágrimas, sé que le ha dolido contarme que fue lo que sucedió y como acabo haciéndome creer que él si era el autor del asesinato de mis padre, pero ahora que se la verdad, solo siento pena, vergüenza, solo siento un irremediable dolor que ha crecido en los últimos minutos, un dolor y vergüenza por estar postrada frente al hombre que lo único que hizo, fue salvar mi vida y la de Dylan... Vida, que Dylan no agradeció, vida, que Dylan desaprovecho, vida... que Dylan convirtió en una muerte lenta y dolora para mí.

Me coloco de pie en seguida, llevando mis manos hasta la altura de mis mejillas para pasarlas con suavidad sobre estas, borrando todo aquel rastro de lágrimas que no dejaban de aparecer.

La sangre me hierbe, el pecho me duele y mi garganta quema, quema por el llanto atorado que llevo, quema por el llanto tan doloroso que he ahogado desde que él me conto aquella verdad.

Me abrazo a mí misma dándole la espalda, caminando hacia la enorme ventana que estaba frente a mí. La oscuridad de las calles es presenciada por mí, pocos focos de las casas estan encendidos, los postes de luz no proyectan iluminación... roto y descuidado, dan nombre al vecindario de South Bronx.

Dedos cálidos se deslizan sobre mis brazos, empuño los ojos bajando la mirada al piso, negando una y otra vez, sin poder comprender que fue lo que en verdad sucedió con mi hermano... Me hace girar lentamente teniendo a disponibilidad su rostro, un rostro tan serio, rosto con preocupación extrema, rostro con un dolor indescriptible.