KRYPTONITE |[SG Libro 2]|

Capítulo.- 39

2 meses después
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Largos meses han transcurrido, meses en los cuales se han formado grandes escenarios en cada zona de la ciudad, desde la más pequeña parte hasta la más grande, han sido días que se convirtieron en meses.

Días buenos y días malos para cada integrante de New York y esto es por los bandos que han estado reclamando distintas zonas de la ciudad inclusive los menos conocidos y los de grupos pequeños que solo se dedican a traficar en zonas como Bronx.

Hubo confrontaciones, tal pareciera que Banner se ha comenzado a mover por la ciudad, ha cambiado sus bodegas de metanfetaminas e inclusive ha creado más ¿en qué zonas? Sigue siendo un completo misterio para todos.

Han atacado diversos territorios, tanto de Michael como de Davor e inclusive de Gabe, no sé qué decir al respecto cuando estos no se rinden por nada ni nadie, los hombres que trabajan para Banner son muchos y puedo decir que no son nada jóvenes, al menos un treinta por ciento de estos son menores de dieciocho años o quizás son algunos que acaban de cumplir la mayoría de edad.

Desde aquel día en que volví a ver a Bastián y a Charlotte las cosas han tomado un rumbo diferente, no he visto a Bastián de nuevo, ni siquiera Narian o inclusive Rami quienes eran los que más se lo topaban a menudo circulando en zonas cercanas.

Rami tampoco no he sabido mucho de él en estos dos meses, lo veo por segundos pero es ya cuando se marcha con Davor y otras personas más, solo se despide pero no se queda a platicar, nada. Es como si apenas fuéramos dos conocidos.

Jayden tampoco ha dado muchas señales, a decir verdad el mes pasado solo lo vi una mes y este mes de la misma manera ha sido un solo día en el que lo he visto, supe que varios policías dieron su renuncia debido a que el pago comenzó a bajar bastante y la seguridad no era suficiente y hasta sigue siendo insuficiente.

¿Puedo decirles algo más?

Ni siquiera tengo la dicha de ver a Michael como antes...

Solo soy yo en la zona del muelle, el hombre sale por todo el día y con suerte vuelve por la noche, a veces ni siquiera llega a dormir, a veces ni se si ha comido algo...

Tiene nuevos asuntos que tratar, asuntos que seguramente conllevan con seguir manteniendo los bandos unidos, inclusive ha estado enfocado en tratar de localizar a un hombre que trabajaba para Jolson, desgraciadamente dice no tener suerte de poder tener una cita previa con el hombre para hablar, debe ser alguien exageradamente importante para no poder conseguir una cita previa.

─Una puta hora ─Elena, una mujer nueva que entro hace exactamente dos meses baja del auto Peugeot 404 color azul cielo, un auto clásico que fue usado desde el año 1960 hasta 1999, bastante vieja la carcacha a decir verdad─ una puta hora formada en el auto servicio de un Burger King, es una verdadera bazofia.

─Pensamos que te habías dado a la fuga con el dinero ─Mirari sonríe apoyada en mi auto, Elena niega un par de veces antes de abrir la puerta delantera del auto y sacar de este dos vasos con soda que dan en aquellos lugares, Mirari los tomo entregándome uno.

─Si claro, irme con poco dinero, calculan bien todo, fue exactamente lo que me dieron ─Tatiana baja del auto de la chica con dos vasos más con aquella soda, y Elena ha comenzado a repartir las bolsas de papel con el logotipo del Burger King, agradezco cuando tengo mi bolsa en manos─ ojala valieran la pena, nos venden publicidad engañosa ─dice ella sentándose encima del capo de su auto, misma acción que Tatiana le imito.

─Igual, saben genial, en especial por lo pepinillos ─digo tomando una papa de aquel paquetito que estaba en el interior de la bolsa.

─Te apoyo ─menciona Tatiana sacando de la bolsa el mismo pequeño paquetito de papas, para comenzar a comerlas.