-Queremos felicitar a la señorita Andrea Brown por haberse graduado con honores y haber obtenido una beca en el Instituto Internacional de Danza. Es un honor para nosotros haberla tenido como alumna demostrando que incluso de los barrios más pobres pueden salir grandes profesionales.
En el gran anfiteatro donde se estaba celebrando la graduación todos comenzaron a aplaudir y la aludida subió al escenario para recibir al fin su diploma. Finalmente después de tanto luchar estaba graduada y en tres meses le esperaba la IID, su sueño de ser bailarina profecional estaba cerca, casi que podía palparlo.
La fiesta paso tranquila, pero siendo ella una alumna tan dedicada a sus estudios nunca tuvo tiempo de cosechar amistades, aunque nunca faltaron las idiotas que quisieron desvalorisarla, como tampoco faltaron los imbecil que la habian intentado seducir. Porque ella aunque no era popular, era llamativa. Ya entrada la tarde salio del lugar de celebración y de encamino a su casa, o bueno, mejor dicho, el burdel donde vivia. Un bar, donde los hombres iban a traicionar a sus esposas y las mujeres se vestían y se codiaban ante ellos como un trozo de carne que ellos quieren comerse y tienen que pagar para ello.
'''El rincón del diablo'" ese es el nombre del lugar que ella tanto había odiodo y que luego tantas cosas le había dado.
-Buenas noches Andy, el diablo esta esperándote en su despacho.
-¿Ahora porque se enfado?
-No lo se guapa, ya lo conoces.
-Gracias Mike.
El lugar aun estaba cerrado, pero ya estaba listo para recibir a los nuevos clientes, algunas chicas estaban practicando el show y otras preparando los tragos. Andrea entro y camino por entre todas ellas sin mirar a ninguna. Llego al tercer piso donde ella vivia con Ángel y dejo sus cosas sobre su cama. Debía ir a ver al diablo, evadirlo no iba a ser una solución y ella lo sabia.
La ofina del diablo se encontraba en el epicentro del lugar, una amplia habitación con tres paredes de masposteria y una de cristal enorme desde la cual se veía todo el lugar. Adentro las paredes estaban pintadas de rojo y además de una gran pecera, un par de sillones frente al escritorio y un sofa que por cierto era muy incomodo, no había gran cosa.
-Hasta que la princesita se deside a aparecer.
La voz gruesa de Angel Dell lleno la habitacion, hablamos de un hombre grande, de contextura fuerte, moreno, con los ojos cafe, su cabellos negro y medio risado. Solo por eso ella estaba segura de que aquel hombre que después de todo la había criado, no era su padre. Su padre era como ella, casi identico, ella lo sabia, lo había visto en fotos. Tanto Ángel como su mamá eran trigueños, y ella era más bien rubia. Tenia el cabello de una tonalidad muy clara, casi blanco, ella de niña lo odiaba pero con el tiempo aprendio a adorarlo. Sus ojos eran claros, de un color azul aguamarina, casi transparentes en las mañanas, cosa que también odio mucho de niña. Su piel era muy blanca, pero no sin color, y tenia la espalda y el pecho lleno de pequeñas pecas color café. Ella y su madre eran dos gotas, ella de agua y su madre de aceite. No tenian nada que ver la una con la otra. Y este hombre frente a ella, cuando su madre murio, se hizo cargo de cuidarla y darle un techo a cambio de duro trabajo.
-¿Qué paso ahora?
-¿Como está eso de que te iras?
-Así de simple, me ire.
Le respondio sin más y se sento en uno de los sillones frente a su escritorio, él daba vueltas a todo lo largo de la pared de cristal con las manos en la espalda. Signo de que estaba muy molesto.
-¡Estas loca! No puedes levantarte un día y desidir que te largas.
-Te equivocas, si que puedo.
-¡Eres una maldita ingrata! Nunca debí recogerte, debi dejar que murieras.
Su tono de voz aumento y puso sus manos en la mesa haciendo un fuerte ruido.
-Tal vez, pero no lo hiciste. Tú y yo sabemos que tengo todo el derecho a marcharme.
-Maldita seas.
Esta vez bajo el tono y se sentó en su silla, puso los codos en la mesa y su cabeza entre sus manos.
-Tranquilo, yo se que en el fondo me quieres.
-¿Que te falta aqui?
Nuevamemte posó sus ojos en ella, y muy sinicamente la rubia sonrío para intentar relajar el ambiente.
-Nada.
Respondio y el volvió a poner su cabeza entre sus manos.
-Entonces porque me quieres abandonar. Siempre te di todo lo que necesitabas, nunca me propase contigo, ni permití que nadie lo hiciera, cuando empezaste a bailar lo hiciste porque quisiste, te envié a la escuela, nunca te pegue, yo...
-Angel te agradezco que fueras conmigo tan bueno. Yo no tengo nada que reprocharte, pero tengo sueños y pienso cumplirlos.
El suspiro y soltó una risitas burlona.
-Sueños!, sueños!!! Maldita sea yo te necesito aquí, y tu te quieres ir porque tienes sueños.
En ese punto, como siempre que discutían sobre el tema de sus sueños y aspiraciones, ella exploto, y se levantó de su asiento dispuesta, a como siempre, defenderse.
-¡Son mis sueños! No pienso quedarme en este bar de mala muerte para siempre, YO, tengo ambiciones, Yo, quiero vivir mi vida y Tú no me lo vas a impedir. Estoy harta de que pretendas que yo viva la vida que tu quieres. Yo creí que en tanto tiempo te había quedado claro que, te adaptas o me pierdes.
Sus ojos ahora estaban inyectados en colera, la cosa se calentó.
-TE ODIO, odio haberte traído conmigo, odio haberla ayudado a ella, odio haberle dado trabajo.
-No mientas más. Tú me adoras, sino me hubieras vendido hace mucho, querias a mi mamá y por eso la ayudaste.
-Pero, tú no me la pones fácil. Eres una ingrata.
-No, yo te pague cada peso que gastaste en mi, y te hice compañía todos estos años.¿Qué más quieres de mi?
-Que no te vayas.
Respondio bajando el tono de nuevo y se arrecosto en su silla.
-Es hora de que me dejes ir. Tampoco es como que morirías sin mi.
El suspiro y asintio. Pasaron unos minutos en silencio para que al final respondiera.
-Vale, si me vas a dejar, al menos déjame a Rissa entrenada. Ella es pelirroja y hará un buen trabajo cuando no estes. A los clientes les gusta lo diferente.
Con cada palabra su sonrisa se hacía más amplia, ya sabía que le diría que si pero no creyó que tan rapido.
-Graciasssss!!!!!!
Se levanto de su lugar y fue a el para llenarle el rostro de besos.
-Quita, quita.
Dijo él haciendo una mueca.
-Eres un maldito demonio pero para mi siempre seras mi angel.
Le siguió dando besos y el sonrio.
Luego se abrazaron entrañablemente y él le dijo con un gesto un poco lastimero.
-Te quiero Andy.
-Yo lo se mocoso. Si yo te quiero más.
Le respondió ella y el ensancho una bella sonrisa.
-¿No hay formas de convencerte de que te quedes?
-No, pero te visitare, lo prometo.Con esa promesa quedo pactado que en tres meses Andrea abandonaría Barcelona, ella sabia que él no era su padre, estaba segura, pero desde que su madre murio y a pesar de que no era muy cariñoso, él era el único padre que habia conocido.
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Sueños
Romance''Una mujer puede vivir toda la vida como una niña y una niña puede convertirse en una mujer para poder vivir toda la vida'' Los golpes de la vida han convertido a Andrea en una chica fuerte y segura de si misma, con sus intensiones más que claras y...