10: ¿Se desató la lluvia y con ella sentimientos?

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SKYLER.

He tratado de dormir, pero, no puedo, cuando subí antes de que todos se fuesen vi por la ventana, el cielo nublado, la brisa fría, mi peor y más constante pesadilla va a tomar vida de nuevo, ¿Por qué a mi? ¿Por qué tengo que tener esta fobia que me amarga la vida? No puedo dormir pensando que en algún momento del día se va a desatar la lluvia, y con ella los relámpagos, truenos, y rayos, y saber que Kylie no está aquí me aterraba, me aterra mucho más.

Ha pasado tiempo, más de 35 minutos quizás, y sigo aquí, apoyada en el cabezal de la cama, con las piernas recogidas, las rodillas en mi pecho y mis manos rodeando mis piernas. Solo estoy esperando lo inevitable, solo eso.

El primer trueno se hizo presente y con él mis manos temblorosas, mis piernas comenzaron a flaquear, mi corazón comenzó a palpitar casi perforando mi caja torácica, un nudo se formó en mi garganta, tragué fuerte para pasarlo, pero, lo único que hice fue asegurarme de que ya no me queda saliva, mi garganta está totalmente seca, tanto que siento que arde; otra vez, vamos otras vez...

GABRIEL.

Terminé de hacer mi rutina de trote e ingresé a la casa, fui a la cocina me serví agua, la bebí y subí a mi cuarto para bañarme.

¿Se habrá muerto la bestia? Definitivamente me haría las cosas más fáciles.
Me estaba despojando la ropa cuando sonó un trueno, gracias a Dios que terminé de hacer mi rutina antes de que empezara a llover.

Ingresé a la ducha y dejé que el agua recorriera mi cuerpo, llevándose cualquier líquido originado por mis glándulas sudoríparas, cualquier sucio, y cualquier estrés y tensión que me aborda por un momento; luego comencé a bañarme como suelo hacerlo, cerré el grifo, me sequé y enrollé la toalla en mi cintura, agarré otra más pequeña y comencé a sacarme el cabello, y salí al cuarto, tiré el paño más pequeño en la cama y busqué un boxer, me lo coloqué y busqué un short negro, y estaba a punto de colocarmelo cuando escuché un trueno, y comenzaron a caer las gotas gruesas, impactando contra el techo y el pavimento, está lloviendo fuerte, se escucha bastante, pero, para mi es relajante. Termino de colocarme el short y mi relajación termina cuando escucho un grito ensordecedor, me apresuré en llegar a la puerta, salí y vacilé en ir a su cuarto o no, de verdad no creo que le de miedo las tormentas, un relámpago ilumina mi habitación, otro trueno estruendoso y otro grito ensordecedor. No lo dudé y fui a la puerta de su cuarto abrí y la vi, temblando, llorando, en su cama, la bestia tiene miedo, y si, es a las tormentas, viéndola así, vulnerable, débil, y frágil, me queda claro que no es algo insignificante, no para ella. Ella me miró con los ojos cristalizados, lágrimas deslizandose por sus mejillas, entre sus sollozos, y las gotas de lluvias invaden mis oídos; y vuelve, vuelve esa sensación extraña ese nudo en la boca de mi estómago, siento como mi corazón comienza a bombear más rápido, mi boca se seca, y miro a todos lados buscando que hacer, realmente no sé qué hacer.

Otro trueno vuelve a hacer eco por toda la habitación, toda la casa y su grito fue desgarrador, sus temblores más fuertes, su llanto incontrolable, sus ojos se encuentran con los míos y en ellos veo el miedo, el temor que tiene, y junto a eso esa tormenta que tanto odia se refleja en ellos, queriendo demostrar la tristeza e impotencia que la dominan por estar tan vulnerable ante esta situación.

Allí dejé todo, toda mi confusión, mi estres y mi frustración, corrí hacia ella esperando un "Alejate." "Fuera de aquí." O "Sal de mi cuarto imbécil." Pero, no, nada de eso llegó, todo lo que se escucha es su respiración, sollozos, y las gotas de lluvia.

Me acerqué cuidadosamente esperando que se opusiera, me senté en la cama y metí un brazo debajo de sus rodillas y el otro detrás de su espalda, la levanté, me senté con mi espalda pegada a la cabecera de la cama y la senté en mi regazo, ella pasó sus piernas detrás de mi espalda rodeándome el torso con sus muslos y me abrazó, metió su rostro entre mi cuello y hombro, y siguió llorando, los truenos seguían, la lluvia se hacía más fuerte y ella se aferraba a mi, aún temblando.

—¿Te gustan los arcoíris?—Susurré a su oído.
Asintió.

—Entonces piensa bestia, sin tormenta no hay arcoíris.

—S.. sin tempestad no hay calma.—Continuó entre sollozos.

—Y sin oscuridad no hay luz.—Finalicé.

Comencé a acariciar su cabello, y sentía nuestros pechos rozar con la respiración agitada, poco a poco la respiración de ella como la mía se fueron tranquilizando al igual que fue cesando la lluvia, dejé caer mis párpados cerrando mis ojos; sorprendentemente aquí encontré la calma que me faltaba, aquí con ella se fue todo este estrés y toda esta tensión que tenía, pero, creció otro más grande, lo que me temía, ¡Maldición!

Unis minutos, varios minutos después sentí miradas sobre nosotros y abrí los ojos, estaban Nelson y Kylie allí viendonos, como que si estuviesen viendo un fenómeno o algo así, aunque realmente, eso parecemos, un fenómeno.

Necesito salir de aquí, ya no puedo estar aquí.

NELSON.

—¡Apurate!—Exclamó Kylie.

—Espérate, no entiendo, ¿Por qué tanto apuro?

—¡Montante y arranca esta cosa!—Dijo ya cerrando la puerta.

—Abrí la puerta, me monté y encendí el auto.—¿Qué te pasa?

—¡Arranca que comenzó a llover!

—Arranqué.—¿Y qué tiene? ¿No era que te gustaba?

—Si, pero a ella no.

Me perdí.

—¿Me explicas?

—¡Acelera! Mi abuela maneja desde su tumba más rapido que tú.

Ok, que perturbador y ofensivo.
Decidí no hacer más comentarios y seguir hasta la casa, lluvia se desató muchos más, y los truenos, rayos y relámpagos desatan toda su furia contra la tierra.

En un semáforo vi a Kylie y en su rostro pude ver la fascinación y la preocupación, todo esto mezclándose en su linda cara.
Disminuí la velocidad por cuestión de seguridad y volví a verla rápidamente, su rostro cambió de fascinación y preocupación, a ira y preocupación, no entiendo, verdaderamente, no entiendo.

—Estoy molesta contigo, sólo para que lo sepas.

—¿Y yo qué hice?—Fruncí el ceño.

—¡Te dije que aceleraras y estás haciendo lo contrario!

—¡Es por seguridad!

—¡Tú no entiendes nada!

—No, no entiendo, de verdad no lo hago.—Di un manotazo al volante.

—Como que tú nunca te has preocupado por nadie, jamás.

—¡Maldición, pero si no me dices qué te pasa!

—¿Es en serio? ¿No puedes deducirlo?

—No.

Ella no dijo más nada, yo seguí conduciendo, llegamos a la casa y salió disparada del carro con todo y la lluvia, apagué el carro, imité su acción, y cerré la puerta detrás de mi.

Kylie subió las escaleras apresurada, reabalandose una que otra vez por el agua en sus zapatos y se paró en frente de la puerta del cuarto de su prima, y allí se quedó, en el marco de la puerta paralizada. Me acerqué a ella y pude ver el asombro en su rostro, vi hacia adentro y entendí, vi algo que creí ver jamás... Carlos Gabriel y Skyler abrazados, ella en su regazo, él está apoyado en su hombro al igual que ella en el de él, y él tiene los ojos cerrados, ni siquiera nota nuestra presencia aquí; increíble, solo eso, increíble.
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Hola tú.

Nelson alias mi esposo Farías allá arriba.

No te quito más tiempo pues, pasa al otro capítulo.

Esto es como una serie escrita, tú pase al siguiente capítulo es darle a la estrellita.

¡Disfruta de la función!

Solo una venganza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora