44: El peor "No."

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Aquella escena es de todo un poco.

Nelson está arropando a Kylie la que parece que se quedó dormida viendo una película en el mueble, se detiene y la mira con cierta ternura y melancolía, traza un camino con sus dedos desde la frente de Ky, pasa por su mejilla y termina en el mentón, sonríe y plasma un beso en su frente.

Diablos. Parece en serio afectado al estar alejado de ella, parece de verdad querer recuperar lo que tenían hace un día, hace horas, pero, su orgullo es más fuerte.

Veo a Gabo y él me ve a mi, hasta Gabriel parece sorprendido.

Vemos de nuevo a Nelson y este está recogiendo todo el desastre de chucherías de Kylie y entonces sube la mirada y nos ve, se queda paralizado y después niega con la cabeza y abre su boca para hablar.

—Ya lo vimos todo.—Digo antes de que pueda decir algo.

Cierra la boca y luego la abre para hablar de nuevo.

—Y no vamos a decirle que lo hiciste.—Dice ahora Gab sin dejarlo articular alguna palabra.

—Nelson asiente.—Gracias.—Sonríe.—Y...—Alarga la consonante.—Ustedes ¿Qué?—Ve nuestras manos entrelazadas.

—Nada.—Decimos al unísono.

—Si, claro.—Ríe.—¿Van a comer?

—¿Hiciste tú la comida?—Preguntó Gabo.

—Si.

—Entonces no.—Ríe.

—Ay estúpido.—Actuó ofendido.—Es Club-house, lo pedimos ahora.—Aclara.

—Yo igual no quiero, no tengo hambre.—Les digo.

—Pero, tienes que comer.

—Tengo sueño, Gab.

—Él pone los ojos en blanco.—Bien, ve a dormir.—Depositó un beso en mis labios.—Buenas noches, bestia.

—Descansa, imbécil.

—Buenas noches, Sky.—Se despidió Nelson.

—Igual, Nel.

Solté la mano de Gabo y subí a mi cuarto.

GABRIEL.

Seguí a Nelson a la cocina.

—Veo que avanzan muy bien.—Dijo botando la basura.

—Si, algo así.

—Que bien. ¿Y qué pasó en la broma esa? ¿Todo bien?

—Comenzaron a buscarla bro, tuvimos que escapar, hasta se molestó conmigo porque no entendía nada, pero, como ves ya normal pues.

—Te lo dije Carlos, pero, tu eres bruto.

—Y la golpearon de paso.

—¿Qué? Pero, no se le nota.

—De cerca si.

—¿Quién fue?

—No me quiere decir quién.—Volteé los ojos.

—Mira, el vigilante llamó y dijo que para mañana todo despejado.

—¡Bien!—Sonreí, todo estaba saliendo bien a pesar de todo, hasta ahora.

—Te juro que jamás te hubiese imaginado así.

Solo una venganza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora