7: El paraiso en el infierno.

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GABRIEL.

Ver a Victor furioso, el cuál es alguien pacífico, por lo general, me hizo pensar que de verdad ella y yo estamos haciendo las cosas mal, nos hacemos la vida imposible mutuamente y esto les llega a los otros tres que no tienen nada que ver ¿Qué carajo estamos haciendo? Alguien que me explique, porque en serio, yo no lo sé.

Recogiendo los vidrios me corté un dedo, porque cuando la confusión y la furia se juntan y se extienden a lo largo de mi cuerpo, cerebro y corazón si es que tengo, no pienso bien.

Luego viene la bestia loca y me dice que me van a amputar el brazo, no puedo pensar si esto podría ser posible o no así que...

—Espera, está bien, revisame esto.—Dije sosteniendo la mano en la que tengo la cortada.

—Levántate pues.—Se volteó hacia a mi.

Me levanté y dejé todo eso allí y me dirigí a mi habitación, abrí la puerta y pasé colocando la mano debajo de la cortada para evitar que la sangre corriera por mi dedo y llegara hasta el suelo.

Ella pasó y cerró la puerta mientras yo me senté en la orilla de la cama.

—¿Tienes alcohol, algodón, y esas cosas?

—Si, primer o segundo cajón de la mesita de noche.

Ella revisó el primero y me vio con asco.

—¿Qué?

—¿Es en serio?—Sacó uno de los paquetes de preservativos que tengo.

—¿Nunca habías visto uno o qué?—Reí.

Puso los ojos en blanco.

Buscó en el segundo y de allí sacó lo que necesitaba, se sentó junto a mi.

—Pasa la mano.

Se la di, ella destapó el alcohol, agarró el algodón y empezó a pasarlo por la cortada. Arde, en serio, ¡ARDE!

Ella me miró y volvió a mi mano, y presionó el algodón en la herida tres veces. Puedo jurar que en su mente repite "Eres-un-imbécil." Luego de eso buscó otra cosa en el cajón y sacó una crema, la destapó para luego aplicarla.

Estaba concentrada, y aproveché para detallar su rostro, ni siquiera se pueden encontrar las palabras correctas para describir su rostro, o por lo menos, para mi; siempre critico, veo y digo, pero con ella no. Podría escribir una canción para que los demás puedan comprender a través de una melodía lo que veo en él, o quizás diseñar algún atuendo para que acompañe su rostro. Una bella siendo bestia, ¿Cómo puede ser eso? ¿Cómo pueden fusionarse dos mundos totalmente distintos? Es el paraíso en el infierno, o algo así.

—¿Se te perdió una igualita a mi o qué, imbécil?

Y entendí que verdaderamente, me cae menos mal—Porque no es que me caiga bien—callada.

—Cállate bestia loca, definitivamente eres insoportable.

—Lo sé imbécil, sé que te estoy haciendo la vida imposible de alguna u otra manera. Pero, estemos claros, tú y yo no nos llevamos bien, te caigo mal, me caes mal, así es.—Se encogió de hombros.

Solo una venganza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora