14: Sensaciones... extrañas.

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GABRIEL.

—¡No puedo seguir haciéndolo!—Exclamé.

—¡Yo no te pregunté si podías lo vas a hacer y punto!

—Se me hace imposible, además, ni siquiera la has visto.

—Pero, la quiero a ella.—Dijo firme.

—¡¿Por qué me lo pones tan difícil?!

—Difícil es si te pusiera que me trajeras a Rossana.

—¡Es igual, no la traeré!

—La conseguiré por otro lado y después te mataré.—Contestó simple.

—¡No eres capáz!

—¿No?—Sacó su arma, volteó y le disparó a uno de sus hombres sin remordimiento alguno.—Si lo soy.

—¡ERES EL PEOR P... JEFE DEL MUNDO!—Me volteé para salir de allí de una vez.

—¡Gracias señorita!—Escuché que me dijo el supuesto jefe a lo lejos.

Me monté en el carro cabreado, lo encendí y manejé hasta la casa. Quiero que sea de noche, que todos se duerman en esa casa para poder ir y llenarme de paz de la forma en la que lo he estado haciendo desde hace un mes.

Después de unos minutos llegué a la casa, abrí la puerta y... ¡Lo que faltaba! Carlos Gabriel auto-control.

Un tipo recostado de Skyler, están acostados en el mueble, él tiene como que la cabeza en su abdomen, ella le está como que acariciando el cabello, están hablando, y ella ¿Se está riendo?

Aquí vamos, otra sensación rara recorriendo mi cuerpo, pero, no se asemeja a la otra, esta es diferente; mi mandíbula completamente tensa, al igual que todos los músculos de mi cuerpo, mis manos a los lados con puños en ellas, puedo jurar que tengo los nudillos blancos de lo fuerte que estoy apretando las manos, y mi lengua quemando por retener todo lo que quiero decir ahorita mismo. Todo esto me está pasando y no sé porqué, o qué rayos es, de lo único que estoy seguro es que siento algo de rabia podría decirse, al verla ahí con él riendo, riendo como jamás lo ha hecho conmigo, tan genuinamente, su risa melodiosa trepa por las paredes de su garganta para salir por su boca como una melodía que inunda toda la sala y entra por mis oídos para quedarse grabada en mi mente y pueda repetirla en momentos malos, es tan genial escucharla reír, me libera de cualquier tensión, pero esta reaparece al ver que no soy yo el que causa su risa, porque todo lo que hace conmigo es discutir, sus risas siempre son sarcásticas, ninguna sincera, y eso me frustra, no tengo muy claro porqué, pero lo hace.

Pasé y azoté la puerta para hacerme notar. Los dos subieron la mirada y me vieron, los ojos de ella se anclaron a los míos y yo inmediatamente bajé la mirada para ver al estorbo con patas, y si, patas no pies, desde ahora es un estorbo y un animal, no estoy muy seguro de porqué me cae mal, pero, me cae mal.

—¿Y él quién es, Dory?—Dijo él levantándose de la cintura para arriba.

¿Dory?

—Ah bueno, él es Carlos Gabriel.—Se levantó igual.

—¿El que vive con ustedes?

Solo una venganza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora