16: ¿Celos?

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GABRIEL.

—¡CARLOS PERO SI ME GRITASTE!—Se quejó Nelson, claramente, gritando.

—Que bajes la voz Nelson Manuel, ya basta, Madura. Hiciste un show allá abajo porque te gusta Kylie, ¡Te lo dije, no busques una relación, es trabajo!

—¡PERO YO SI TENGO SENTIMIENTOS Y NO ES MI CULPA QUE DE VERDAD ME HAYA GUSTADO!

—¡Ya deja de gritar Nelson! ¡Trabajo es trabajo!

—¡Entonces ya no quiero trabajar!—Exclamó totalmente frustrado.

—¡Te matan y lo sabes! Así que tienes dos opciones,—Hice una pausa.—Alejas tus sentimientos o los alejas, punto.

—¡No lo voy a hacer Carlos! Métetelo en la mente,—Señala con su dedo índice su cabeza.—Ella me gusta, me gusta y de verdad,—Hace énfasis.—Ni siquiera pienso hacerla victibaby, ¡Déjame en paz, no quiero ser insensible como tú!

—¡No soy insensible!

—¡Entonces déjame!

Me siento tan inmoral en estos momentos, y no sé porqué.

—Está bien Nelson,—Me resigné.—Solo asegurate de entregarle una chica al jefe dentro de estos meses.—Me dirigí a la puerta y la abrí.—y más importante, no le vuelvas a gritar o faltar el respeto a Skyler, porque te juro que no respondo.—Salí y cerré la puerta antes de que pudiese decir algo.

Me fui a mi cuarto, entré y me acosté en la cama.

Juro que no sé que me pasa, lo juro. Necesito intentar descifrar todo lo que estoy sintiendo, pero, realmente a la vez no quiero, creo que muy al fondo sé qué tengo, pero, no quiero aceptarlo, necesito a ayuda, y creo que sé a quién voy a llamar.

La llamaré a ella.

Agarré mi celular y marqué, contestó rápido.

*LLAMADA.*
—¿Hola?—Dijo tras contestar.
—Hola.
—¿Cómo estás?
—No sé.—Le dije siendo totalmente sincero.
—¿Qué tienes, Gabriel?
—Necesito que vengas.
—¿Cuándo?—Se escuchaba algo preocupada.
—Ahorita ya.
—¿Para qué?
—Ven y te cuento.
—Ya salgo para allá Gabobriel.
—Te espero.
*FIN DE LA LLAMADA.*

Pasaron unos minutos y ella llegó, realmente vino rápido. Le abrí, subimos a mi cuarto y estuve contandole todo lo que me ha estado pasando, ella me prestó mucha atención y luego dio su opinión, opinión la cual no me gusta, para nada.

—¿Esa es la única explicación que tienes para esto?—Pregunté como por centésima vez.

—Si, Gabobriel.

—¡Pero es que no puede ser!—Exclamé.

—Es así, ya, aceptalo.

—Estás equivocada.

—¿Tus pensamientos también?—Alzó una ceja.

—Si, o no sé, ¡Te llamé para que me ayudaras no para que me sumaras este problema!

—Eso ya lo sabes, este "Problema." Como tú lo dices lo sabes, por más que quieras decir que no, tú sabes qué te pasa. Tu no me llamaste para que te ayudara, tú me llamaste para que te dijera que no es lo que estás pensando, tú me llamaste para que te digera lo que querías escuchar, pero, no, yo te quiero demasiado Gabriel, no voy a mentirte.

Solo una venganza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora