53: La verdad II.

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SKYLER.

Más y más incógnitas, más y más intriga.

No sé las respuestas de las preguntas aún.

No sé porqué piensa tan feo de él a pesar de tener un ego bastante alto.

Pero, lo que si sé es que me duele, me duele que se esté denigrando así, comienza a afectarme que se insulte, que diga cosas que no son.

—Sonríe sin ganas.—Tú no me conoces, preciosa.—Me ve a los ojos con cierto temor.

—Entonces permíteme conocerte más, Gab.—Deposité un beso en sus labios.—Ya todo lo que he visto de ti, hasta tus malas actitudes me gustan, tus imperfecciones me gustan, todo de ti me gusta.—Susurré a centímetros de su boca.—Dame otra cosa, para que tu veas como también me va a gustar. Me gustaste tratándome absolutamente mal, nada podrá cambiarlo, imbécil, nada.—Le aseguré.

—¿Cómo no voy a tener miedo a perderte si parece que eres un ángel caído del cielo, Sky?—Cierra los ojos por un momento.

Me atrevería a decir que hasta parece atormentado.

—Yo también tengo mis cosas Gab, no soy un ángel, no soy perfecta, pero, quiero ser lo mejor para ti como tu lo intentas para mi. Vamos, dime, sea lo que sea estamos juntos, estoy contigo, no me iré.

—¿Cómo estaré seguro de eso?

—Según tú es tu culpa que me secuestraran y aún sigo aquí esperando que me des una explicación, nada ha cambiado lo que siento por ti, además no creo que sea algo tan grave.

—Lo es.—Abre los ojos y vuelve a mirarme pero, esta vez con suma seriedad.

—Dime, por favor.—Besé la comisura de sus labios.

—Suspira.—B..bien.—Tartamudea.—Te lo diré, pero, prometeme que no me dejarás.

Es algo que francamente no puedo prometer ya que no sé lo que me dira, pero, necesito saberlo, así que, veamos.

—Lo prometo, Gab.

Esperemos que no sea tan malo.

—Pero, tu tendrás que decirme quién te secuestró y porqué el tema de tus padres te afecta tanto.

Tragué grueso.

—¿Es... necesario?

—Si, ya que vi como te pusiste en la mañana.

—Bueno.—Suspiré.—Trataré de hacerlo. Pero, empieza tú, ¿Si?

—Está bien.—Me agarró ambas mejillas, me depositó un beso en la frente, en la punta de mi nariz y finalmente uno en la boca.

Asentí sonriendo levemente.

—Primero que todo voy a decirte que...—Respira hondo.—Yo antes era manejado por mi papá, siempre hacía lo que él quería, y lo que él quería no eran cosas buenas, precisamente.—Me aclaró.—Un día de regalo de cumpleaños me propuso hacer una cosa horrible, me dijo que...—Desvía la mirada y la fija en cualquier otro punto de la habitación comenzando el relato.—yo sería más hombre, más valiente y crecería como persona, él tenía y tiene junto con otro señor un negocio donde hacen cosas ilegales.

Solo una venganza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora