Solo una venganza.

38: Malentendido.

GABRIEL.

—Te portas bien.—Me miró la bestia con los ojos entre cerrados.

—Yo siempre me porto bien.—Reí dirigiéndome a la puerta.—¡Nelson apurate!

—Ajá.—Ríe.—¿Te espero despierta?

—Llegaremos temprano.—Me volteé para verla.

—Entonces si. Además, no sé ni para qué pregunté, igual te esperaré.

Sonreí y deposité un beso en sus labios.

—Te ves muy... guapo.—Hizo una mueca de desagrado.

Llevaba una camisa blanca, pantalones y zapatos negros y estos últimos con detalles rojos, y una chaqueta roja.

—Y con esa cara me lo creo—Dije sarcástico.

—Es que...—Hizo una pausa y suspiro resignada.—nada.

—Me vestí para ti, no para ella, no voy a salir contigo pero me vestí para ti, deja los celos—La abracé.

—Deja de hacer que me sonroje.—Me ordenó prácticamente.

—Listo.—Dijo Nelson.

—Mil años para salir. Las chicas ya están afuera.

Un gruñido salió de parte de Skyler.

Reí.

Me despedí de Sky y salimos de la casa.

—¿No te despediste de Ky?

—Por eso tardé.—Dijo mientras caminábamos hacia las chicas que nos esperaban pacientemente.

—¿Un polvo rapidito?

Negó.

Se supone que Darla es para mi y la amiga va para Nelson.

—Hola.—Me besó en la mejilla.—Ella es Carla.

—Hola.—Dijo él saludando a la amiga.

—Y para romper el hielo...—Las palabras de la tal Carla quedaron en el aire cuando se acercó a Nelson rápidamente y plantó un inesperado beso en sus labios.

—Nel se te quedó el telé...—La voz de Kylie se apagó en cuanto vió la escena.

Mierda.

Sus fracciones endurecieron, su pecho se levantó con una fuerte respiración y le sonrió a Carla, era muy creíble la sonrisa la verdad, pero, tanto ella como Nelson y yo sabíamos que no era genuina, si no supiese lo que hay entre Nelson y Kylie, seguro que me hubiese creído su sonrisa.

—El teléfono.—Terminó de decir y se lo entregó.

La tensión se sentía en el ambiente, claro que se sentía.

Nelson la vio, agarró el teléfono y le dedicó una mirada de disculpa. Kylie se dio la vuelta, se dirigió a la casa y entró.