26: Destino hijo de...

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Desperté por la claridad que se reflejaba en mi habitación y se filtraba por mis párpados haciendome saber la presencia de los rayos de sol, aún así no abrí los ojos y me percaté del dolor de cabeza que me estaba comenzando a abordar, apreté los ojos con fuerza al sentir puntadas en mi cabeza, tragué y noté mi garganta seca, sentí un sabor amargo y asqueroso en mi boca lo que me causó náuseas. Me sentía fatal ¿Qué rayos había hecho la noche y madrugada anterior?

A ver, recordemos...

Hicimos una fiesta en casa invitando a la gente de la urbanización, vino Jack, hombres, Carlos confesandome que le gusto, yo confesándole que me gusta.—Sonreí ante este pensamiento.—Kylie molesta, Nelson con la castaña que conozco por el nombre de Rossana, una bebida morada, baile, habitación, Carlos, sus manos, las mías, nuestros besos, intenté que me desvirgara...

¡¿En qué me convertí yo ayer?! Por la más Santísima de las mierdas, no me arrepiento de nada, porque, no lo hago, pero, que vergüenza, ¿Ahora con qué cara lo veo yo hoy? Esperen, si se supone que estuvimos aquí él debería estar durmiendo a mi lado ¿No?

Estiré mi mano hacia un lado buscando su calor, su cuerpo, la satisfacción a mi tacto, pero, esta nunca llegó dándome a entender que él no estaba aquí.

Suspiré al notar que el dolor de cabeza se hacía más fuerte, froté mis ojos con mis manos y fui abriendo los ojos lentamente para adaptarme a la luz, ya adaptada los abrí por completo mirando hacia un lado para certificar que Carlos no estaba allí.

Me levanté de la cintura para arriba, ¡Dios mío me están aplastando la cabeza, que tortura! No vuelvo a beber así, la resaca me está pasando factura.

Pasé mi mirada por toda la habitación y no habían rastros de él, ni su ropa, ni la mía estaban allí, vi a mi lado y vi mi ropa en la peinadora, pero ¿Y la de él? Quizás esté en el baño. Como pude me levanté sintiendome levemente mareada, cuando me deshice de esta sensación me dirigí al baño, no escuché nada de movimiento, toqué la puerta por si a caso pero, nada, así que abrí la puerta muy despacio temiendo que estuviese desnudo o algo, sé que lo vi y lo sentí anoche, o esta madrugada, pero, estaba alcoholizada, ya no lo estoy.

Terminé de abrir completamente y no estaba, tal vez se levantó y fue a comer o qué se yo, ingresé al baño y finalmente comencé a hacer mi rutina y salí del baño, me dirigí a la mesita de noche agarré el blister de las pastillas y saqué una, lo bebí con el vaso de agua que había allí.

Si, todos teníamos lo mismo en nuestros cuartos por si pasaba algo como esto, una resaca estúpida, hablando de resaca y de estúpida, con la resaca como que me pongo bruta y estúpida, primero, me levanté totalmente desnuda, si Carlos hubiese estado aquí me hubiese visto, segundo, si su ropa no estaba significaba que estaba vestido, ¿Cómo iba a temer encontrarlo desnudo?

—¡Hay que ver Skyler Thompson! No vas a tomar así más nunca.—Me reprendí mentalmente.

Me dirigí al closet y saqué ropa interior nueva y un suéter que me llegaba más abajo de los gluteos, también es pareja de uno que tiene Kylie, solo que nuevamente el mío es azul y el de ella es morado, detrás dice "Sky.♡" Y el de ella dice "Ky.♡" ¿Debería yo tener su apodo y ella el mío? No sé y no estoy para pensar eso ahorita.

Me recogí mi alborotado cabello en una cola alta y salí de la habitación con cara de muerto.

«¿Cómo habrá quedado la casa?»

Al salir oigo una puerta abrirse volteo y veo salir a la rubia que lleva por nombre Sabrina del cuarto de Carlos, y no sólo eso, tiene su camisa negra puesta, la de ayer, su cabello desordenado, y en cuanto me vio esbozó una sonrisa burlona, puedo apostar que mi cara no es normal, siento como algo caliente, muy caliente y no es placentero, sube desde mis pies abordando todo mi cuerpo, cada músculo de este se tensa y mi respiración comienza a acelerarse.

Solo una venganza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora