18; Directiva escolar.

474 74 6
                                    

Un desastre.

La administración de la academia estaba resultando más difícil que en años anteriores, Sheryl sabía la razón de eso y estaba ciertamente sorprendido (en realidad, estaba tan asombrado que se cuestionaba el mencionarlo en su próxima reunión familia. ¡Aquel era uno de los mayores logros para el culpable de todo! Había roto el récord impuesto por Nea varios años atrás).

Una semana.

En menos de una semana, Allen Walker había dejado grabado su nombre en la mente y paredes de todo el internado. No había, a esas alturas, una sola persona que no lo conociera o que como mínimo hubiera escuchado hablar de él.

"El Elegido", había sido bautizado.

Luego de la primera aparición de Walker con el cabello a medio teñir, los rumores corrieron por todo el campus y para cuando Kamelot quiso intervenir, tarde se dio cuenta de que lo peor estaba sucediendo.

Jodidamente divertido.

Ahora Kanda tenía un lindo flequillo y en su escritorio reposaba un solicitud por parte del comité disciplinario en la cual se le pedía a él, como amable y atractivo director que era, un permiso para que Walker resolviera de manera "tranquila" el asunto de su cabello.

La última vez que lo vio, por cierto, el chico intentó ahorcarlo.

Claramente no se estaba ganando el permiso, sumado a eso él y Lavi no había tenido mucho progreso con los jardines.

Menudo grupete se estaba formando.

Suspiró, escuchando la puerta de la sala abrirse una décima vez. Sheryl Kamelot levantó la mirada de los documentos que había estado, hasta ese momento, fingiendo revisar. Sonrió ligeramente amargado cuando su mirada dorada se cruzó con un par de ojos oscuros.

Se enderezó en su asiento, decidiendo que era el momento de dar inicio a la reunión.

—Bien, con esto estamos todos —inició, subiendo sus codos en la mesa y entrelazando sus manos bajo su barbilla. Deslizó su mirada sobre todos los presentes—. Demos comienzo a la reunión, este ciclo escolar promete ser...

—Problemático —opinó el recién llegado subdirector, Komui Lee, mientras se ubicaba el otro extremo de la mesa. Frunció el ceño hacia su superior—. Más que los estudiantes de nuevo ingreso, hay un grupo que está destrozando la moral y el prestigio que nos respalta tras décadas de esfuerzo como entidad educativa.

—Ya, eso te jode, ¿no? —se mofó Sheryl, rodando los ojos con fastidio— Ni te molestes, aquí todos sabemos que lo que te preocupa es Lenalee. Hasta este momento, ella no se ha involucrado así que bájale a tu histeria.

—No es una cuestión de sentimentalismo, mucho menos tiene que ver con mi hermana —espetó, demasiado a la defensiva como para sonar creíble—. ¡Incluso antes de su llegada, Allen Walker ha causado estragos!

Por supuesto que sí.

Por eso tenían sólo seis profesores ejerciendo, siendo sinceros, Kamelot afrontaba la crueldad de una reputación inquebrantable. ¡El director con complejos! Eran una academia muy rara, a nivel internacional se les reconocía por los logros de aquellos que alguna vez pisaron sus terrenos (un claro ejemplo, Mana Walker, los trofeos y certificados que Cross guardaba celosamente en su oficina no eran ningún secreto). Sin embargo, la calidad educativa de aquel año estaba en un declive peligroso.

Cuando se corrió la voz de que un "Walker, del Clan Noé" iba a formar parte del alumnado, más de la mitad de los profesores recordó al innombrable número uno de toda la historia del internado Orden Oscura.

Drama familiar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora