23; ¿Por qué eres así?

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Una semana.

Sólo una semana bastó para que Kanda Yuu cediera a sus encant...

—Si no desapareces de mi vista, no me importa quién nos vea. Voy a matarte.

Oh, bien.

No.

Una semana había transcurrido desde que Allen "decidió" que era el momento para una tregua, desde entonces se había dedicado a hostigar a su compañero de habitación hasta la saciedad. Si lo pensaba un poco, Walker encontraba aquello mucho más entretenido que simplemente evitarlo.

Aparentemente, su presencia irritaba a Kanda hasta niveles insospechados.

E incluso así, no se detuvo. Lo seguía cuando podía, se infiltraba en la sala del Consejo (cosa que Narein agradecía, porque eso significaba que dejaba de lado al Comité y, por ende, Lavi no iba a joder tanto. Lo que a su vez significaba, que Wisely no se ponía histérico y él tenía un buen día), una vez incluso intentó colarse en el salón del histérico presidente.

Bueno, fue divertido a pesar de haberse ganado una amenaza por parte de la profesora a cargo de la clase. Si no recordaba mal, aquella rubia se llamaba... ¿Nina?

Como sea.

Allen suspiró, interrumpiendo su coqueteo con la vicepresidenta del Consejo, y se giró hacia su enemigo jurado.

Sonrió con fingida simpatía.

—Pero no estoy haciendo nada malo —señaló, cruzándose de brazos ante la mala mirada centrada en él—. ¿Por qué tienes que ser tan agresivo? ¡Sólo quiero que seamos amigos!

—Esa es una cochina mentira —escuchó decir a la risueña joven, haciéndole sonreír.

—Como si fuera a creerme mierdas de esas —bufó el japonés, torciendo el gesto en claro desagrado, Allen se levantó y se dirigió hacia su escritorio—. Vete de mi jodida oficina. ¿No tienes nada mejor que hacer? Seguro algún amigo tuyo quiere que le jodas la vida.

—Narein me censuró —protestó, sentándose frente a Yuu—. Me censuró y me prohibió el paso a la oficina de Link, aparentemente tienen mucho trabajo. No sé por qué. Cada vez que me aparecía en la oficina, nunca estaban haciendo nada. ¿Crees que me esté evitando?

Kanda se enderezó, dejando de lado los documentos que le habían sido enviados por el director y se centró totalmente en el mocoso castaño frente a él.

No se acostumbraba.

Se cruzó de brazos.

—No me interesa, vete.

—Venga —torció la boca en una mueca, disgustado—. En serio. ¿Por qué eres así?

—Porque no me agradas, vete.

—Sé que te gusto, no puedes negarlo —rodó los ojos—. ¿Podemos dejar de actuar como niños? ¡Sólo sé mi amigo y seamos felices!

—¿Para qué demonios quieres que seamos amigos? —frunció el ceño, más que cansado de toda la insistencia— Sabes que no me agradas, sé que no te agrado.

—¿Si te digo que perdí una apuesta serías mi amigo?

—No, pero me dejaría más tranquilo.

Allen arqueó una ceja, Kanda le imitó.

Lenalee sonrió, regresando al trabajo.

Y Alma Karma finalmente llegó a la sala del Consejo con el café que Walker le había pedido, motivo por el cual Yuu había estallado finalmente.

Drama familiar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora