15; Aprender a resignarse.

475 76 5
                                    

Tenía que admitir que nada de eso estaba sucediendo de acuerdo al plan original, siendo completamente sincero, llegaba a preguntarse cómo creyó que algo saldría bien cuando acababa de aliarse con tres pesados.

Narein negó, completamente decepcionado de sí mismo.

—Esto está mal.

—Bueno, era algo obvio, ¿no lo crees? —cabeceó, abrumado por el solo hecho de darle la razón a tan tonto ser humano— Cosas malas pasan cuando Allen Walker está involucrado.

—En realidad —intervino un tercero, haciendo al castaño suspirar en muestra de su agobio—, son cosas estúpidas lo que rodean a Allen, la maldad sólo interviene cuando Nea está cerca.

—Que es casi siempre que tiene que ver con Allen —recordó el hindú, los chicos se encogieron de hombros—. Hablando del diablo, ¿nadie sabe de él? Me asusta tanta calma...

Wisely miró a su hermana, Road volvió a encogerse de hombros sin darle importancia al asunto. Narein entendió el mensaje y recordó, casi por error, que Allen debería estar próximo a llegar a su improvisada reunión.

Las actividades del comité habían sido atrasadas, el presi Link había informado a su segundo al mando sobre un problema que discutir con su compañero de habitación y Wisely, como vicepresidente, había decidido que aquella era la perfecta oportunidad de trazar un plan para derrocar el regimén del Consejo estudiantil.

Una tontería.

Una tontería que Allen secundó.

Una tontería que Allen secundó y a la que Road se unió por aburrimiento, ganas de escapar de su pesada compañera de habitación y en la que, por si la desgracia de relacionarse con los Noé no fuera suficiente, Narein se vio arrastrado a participar.

Lo peor de todo radicaba en el hecho que lo mantenía allí, había sido contratado como el cerebro de la operación...

Y le encantaba tener el poder.

—Cross ha dicho que ha muerto —comentó el mayor de los hermanos Kamelot, haciendo a todos rodar los ojos al tiempo en que Allen ingresaba a la habitación con el ceño fruncido—. Pero a juzgar por ese bonito rostro que viene allí, he de suponer que nos ha mentido vilmente.

—Hola, chicos... Y amor mío.

—¡Ay, Allen! —la chica lo golpeó con gentileza cuando él se dejó caer entre ella y Narein— Te dije que no me llamaras así en público.

—Le hablaba a Narein, en realidad —suspiró cansado—. Como sea, ¿han llegado a algo mientras no estaba?

—Bueno, nos cuestionábamos si nuestro principal enemigo estaba vivo o muerto —Walker miró a su compadre de cabello blanco, recordando repentinamente la exigencia de Sheryl con respecto a su apariencia. Torció el gesto—. Tú tienes esa respuesta, pero asumo que Nea sigue jodiendo. ¿Era él quien te llamaba?

Hubiera sido mejor.

Incluso se habría alegrado.

Y estaba en una fase donde odiaba a Nea.

Negó.

—Más quisiera —y aquel lamento alertó incluso a Narein—. Tyki se ha enterado de mis aventuras, amenazó con mandarme una niñera y estoy casi seguro de que se trata de Mana o Cross. Nea sigue perdido en acción, por desgracia...

—Bien, mejor tratamos aquello por lo que nos hemos reunido —el castaño miró la hora con nerviosismo, el toque de queda estaba cerca y Allen podría morir una vez regresara a su habitación—. ¿Cómo lograr que Allen destruya al presi Kanda Yu, del Consejo estudiantil, sin involucrarme directamente?

—Eso no es...

—Me gusta el nombre de la operación —opinó Road—. Agrega a eso el destruir a mi compañera de habitación, es una pesada y no creo poder soportarla durante todo este año...

—¿Quién...?

—Ah, ella —Wisely sonrió—. No la he visto, ¿sigue tan linda como la recuerdo?

—Pensé que te gustaba Narein.

—Él me rechaza y la hermana de Komui está como quiere —Road negó, hastiada de él y decidida a ignorarlo—. Entonces... ¿Cómo está Lindalee?

—Preciosa —rodó los ojos—. Sigamos.

Y así, finalmente, los planes comenzaron a formularse. La lluvia de ideas que sugirió Narein jamás pudo ser tan interactiva, entre ataques sorpresa en la habitación de Allen, hasta la idea de involucrar a un tercero.

Si algo tenían claro, era el hecho de que lo primordial sería lograr que las culpas recayeran en otros.

Porque Kanda Yu era odiado por el comité del cual tres de ellos eran miembros, así como era el compañero del último de ellos.

Al final de la noche, cuando el toque de queda obligó a los invasores a regresar con sus odiosos compañeros, Narein suspiró recostándose en su cama y observó el techo de la habitación en silencio. Wisely acomodaba el desastre de su familia con traquilidad, tarareando una melodía que al hindú le recordó su hogar.

Y se abrumó al pensar que aquel cántico satánico podría ser algo de casa.

Le aterraba sentir la casa principal del Clan (aquella donde Tyki, Mana y los gemelos vivirían hasta morir y el lugar donde su mejor amigo pertenecía) como un hogar.

Como sea.

—¿Quizá debimos mencionarle la relación que tienen Kanda Yu y Alma Karma? —murmuró, decidiendo cambiar el rumbo de sus pensamientos y atrayendo la atención de su compañero— Aunque tratándose de Allen...

—Tendría resultados divertidos —opinó Kamelot—. Quizá se lo mencione mañana.

—Por favor, no lo hagas —suspiró cerrando los ojos—. Lo he meditado, Karma me agrada y no creo que merezca sufrir.

—Venga, Allen no es tan...

—Ese niño, Wis, intentó quemar el cabello de Lulu cuando discutió con Tyki en navidad... —recordó, provocando que el británico se estremeciera—. Y él, nuestro lindo Allen, ama con locura a Lulu Bell.

Siendo así, entonces no tendría reparo en torturar al pobre de Karma, quien desgraciadamente contaba con el cariño ciego del proclamado nuevo enemigo del niño loco.

—Bien, mejor salvemos a Karma, entonces —accedió, sentándose junto al cansado joven—. ¿Cómo planeas que evitemos que se entere? Allen es bueno detectando homosexualidades, por no mencionar que ya ha conocido a Karma y ha visto su interacción con Kanda.

Ahí estaba otro problema...

Por no olvidar la conexión de ese par con alguien a quien Allen quería olvidar, sinceramente Narein no acababa de encontrarle solución a un problema cuando otro se presentaba.

Suspiró, pateando a Wisely fuera de su cama.

—Lo pensaré en la mañana —murmuró—. No me puedo creer que este haya sido el primer día, menuda vida de mierda me espera...

—Eres tan pesimista. ¡No será tan malo!

Lo sería.

El sólo hecho de tener que compartir el mismo oxígeno con él durante toda una noche ya auguraba un mal año escolar.

Simplemente, Narein tendría que aprender a resignarse...

Drama familiar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora