47; Incluso sin esperar nada.

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El día que Narein conoció el desasosiego y la desesperanza, fue también el día en que Allen fue reconocido como un genio raro entre genios raros.

Si la humanidad podía ponerle tal nombre a un fenómeno como aquel, entonces el hindú hubiera preferido haber nacido hurón y no humano.

Observando el enfurruñamiento del desastre natural más desafortunado, las preguntas se aglomeraron en su cabeza y no pudo evitar suspirar antes de darle una segunda mirada a los documentos presentados a él hace menos de una hora.

Los preparativos del festival iban viento en popa, cada club había declarado su intención al Consejo y el trabajo del Comité iba en olas suaves. Howard Link era una celebridad. Kanda Yu se hizo un nombre desde su llegada, como presidente del Consejo no dejaba nada que desear y era un ideal que todos tenían.

Pero el presidente del Comité era un tema diferente, con un temperamento singular, un profesionalismo casi exagerado y la entera devoción a su trabajo. Howard Link era el hijo adoptivo de un corporativo, miembro de la junta superior del internado; Malcolm Leverrier.

Todo aquel que escuche el nombre de Kanda Yu, puede directamente relacionarlo con Twi Chang. Lavi estaba emparentado con Bookman. Allen Walker pertenecía al Clan de Noé.

El internado estaba lleno de personajes escandalosamente importantes y reconocidos, sin embargo, era un acuerdo tácito entre todos el que nadie debería hacer que el singular temperamento del presi Link estallara.

Si su hijo era infeliz, entonces el padre también lo sería.

Volviendo al tema principal, Narein dejó escapar un largo suspiro antes de dejar los documentos en el escritorio y dedicar su atención a los dos frente a él. Un sentimiento complicado lo invadió cuando sus ojos dieron con los de su mejor amigo.

¿Cuándo se convirtió en su consejero matrimonial?

—Entonces —inició, deslizando su mirada hacia el indiferente Yu—, he acabado mi asunto. ¿Hay algo en que mi humilde yo podría ayudarlos?

Estaba ocupado con sus deberes, tanto de clase como del Comité, para que ese par fuera a buscarlo a la biblioteca tan temprano un sábado, el asunto debería ser serio.

Quería que fuera serio.

—Estamos buscando la opinión de un tercero —informó Allen, antes de que Kanda pudiera expresar su completo desacuerdo con la situación que se desarrollaba—. Como alguien dolorosamente imparcial, no existe nadie mejor que tú para esto.

Narein miró a Yu, porque sentía que él era racional, efectivamente presenció su renuencia. Se sintió un poco mejor.

Había hablado con Allen toda la semana, no era ajeno al tema en cuestión y estaba un poco indignado por ser tratado de psicólogo en esa incómoda relación.

Al final, con el regreso de Kanda Yu se dio una discusión. Luego de eso, hubo un acuerdo mutuo de dejar el tema de lado y hubo una pausa en sus interacciones.

Exteriormente, parecía que nada había sucedido entre ellos. Pero Alma y Narein no tenían el título de mejor amigo pegado a sus nombres por puro capricho.

Incluso sin hablar o escuchar quejas, ambos habían intercambiado involuntarias miradas de desconcierto durante los almuerzos, la tensión entre esos dos era tan asfixiante que era imposible comer en paz.

Desde el jueves, Narein había escapado de su responsabilidad en su relación con Walker, delegando su desgracia a Wis. Alma Karma prevalecía, ganándose el respeto del hindú.

Era una cuestión que ni siquiera Road entendería.

No había orgullo masculino en ninguna parte.

—Bien, parece que no hay otra opción —suspiró, permitiéndose sentirse un poco agraviado—. Ya que estamos siendo imparciales, empecemos con el adulto racional. ¿Puede explicarme qué se supone que sucede ahora, senior?

Ignorando la mueca desagradable del albino, Yu suspiró.

—Tu amigo parece tener muchas quejas sobre mi persona —señaló, rodando los ojos ante lo obvio—. La cuestión de hoy, es una tontería de ayer, parece ser que es infeliz porque no hemos trazado un punto claro en nuestra relación.

Si él le dijo todo a su mejor amigo, era obvio que el niño con síndrome de Narein le diría todo su propio amigo. Con eso en mente, no había necesidad de irse con rodeos.

Narein sintió el impulso de llevarse las manos a la cabeza y gritar. Su miró incrédulo a su enfurruñado amigo.

Allen se sintió infeliz al recibir esa mirada, un «¿Quién eres tú?» estaba perfectamente escrito en aquel rostro.

—Ya veo... —hizo una pausa, elevando su mirada de los chicos hacia las estanterías detrás de ellos— Bien, entiendo. Hay un problema con ustedes dos. ¿Cómo se supone que debo resolver esto?

Allen farfulló.

—Cómo alguien que ha mantenido claras sus malas intenciones hacia mí toda su vida, ¿no estás orgulloso de decir que sabes lo que es y no es bueno cuando se trata de una relación ambigua? —ante el argumento  sin sentido, Narein se llevó las manos a la cabeza sin dudarlo— Deja de hacerte el importante, Narenzo. Todo lo que quiero es que me des en la razón en que es importante establecer pautas para seguir con nuestra, uh... Amistad.

Cuatro ojos lo miraron como si fuera idiota, por un momento, el hindú se permitió preguntarse qué sería de NeNe.

Cuando Allen era idiota, usualmente Nea lo golpeaba en la cabeza. «A ver si así se conectan tus neuronas» era su excusa.

Con un largo suspiró, el castaño asintió mientras se ponía cómodo en su asiento. Miró al resignado y aburrido Kanda Yu.

Pensando un poco en ello, este tipo obviamente sentía algo por su atolondrado amigo. Narein no quería presumir, pero idiota y todo, Allen Walker seguía siendo Allen Walker.

Que Kanda lo besara en más de una ocasión y sin razón aparente, dejaba en claro su intención hacia el estúpido de la familia. ¿Sino porque tendría que escuchar los lamentos de Wis todas las noches desde entonces?

Siendo así, también estaba un poco confundido sobre este desarrollo. Con la personalidad dominante de Kanda, ¿no sería una buena oportunidad para hacer un movimiento más agresivo sobre Allen, la dulce flor? Como mejor amigo, Narein no quería que su tonto fuera forzado, pero como observador ajeno e imparcial, no veía totalmente lo malo del asunto.

Kanda Yu era orgulloso y exasperante, así mismo también era un tipo confiable. Si Allen superaba su problema y se unía a él, entonces daría su bendición cuál madre en boda.

El problema era que el novio estaba llegando tarde a la ceremonia y un poderoso opositor podría hacer aparición en cualquier momento. ¿A qué jugaba Kanda Yu?

Aunque mirando al Walker enfurruñado...

Los inicios de una epifanía llegaron a Narein en un golpe absurdo que intentó ignorar mientras observaba en blanco al superior frente a él, el asiático le regresó la mirada sin inmutarse.

—Vale... De alguna manera siempre termino enterándome de cosas que no quiero saber —negó, decidiendo dar fin a esa sesión de terapia gratuita—. Como sea, Allerdo esto es algo que no me incumbe, pero como ambos me han buscado entonces lo diré; resuelvan sus problemas en la habitación.

Sin nada más que decir, el cansado muchacho se levantó mientras tomaba su material de estudio y el documento que Allen utilizó de excusa para acercarse a él mientras arrastraba a Yu. Sin mirar atrás ni un momento, salió de la biblioteca.

Dejando atrás a un inconforme albino, al tiempo en que enviaba un mensaje a otro como él.

«Nunca espero nada de ti, pero siempre te las arreglas para decepcionarme».

Drama familiar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora