24; El chisme que los une.

383 69 20
                                    

Siempre supo que moriría joven.

Allen suspiró, totalmente desanimado mientras se dejaba caer pesadamente frente al escritorio del presidente del Consejo, Kanda ni se inmutó, decidido a ignorarlo como llevaba haciendo los últimos tres días.

Aquella mañana, los miembros del Consejo se habían reunido con los del Comité para comenzar las planificaciones de algún evento que Sheryl había decidido realizar de manera temprana.

¿Siendo sinceros? A ninguno de los dos le interesaba, es por ello que se encontraban a solas.

—Mi vida está arruinada... —se lamentó el castaño, recibiendo un desganado murmullo de su compañero— Pensé que podría tener una vida más sencilla, que tú serías el peor de los males durante mi estadía aquí... Me equivoqué.

No obtuvo respuesta, tampoco la quería.

Walker apoyó su barbilla en una de sus manos y miró sin interés hacia su ocupado acompañante. No lo negaría, Kanda era atractivo, aunque definitivamente no su tipo. Principalmente, por el hecho de que el sujeto era salvaje y nadie que se metiera con su cabello tenía derecho a estar con él.

No a menos que se tratase de "ella"...

Cerró los ojos, suspirando nuevamente y recordándola, recordando a la ex-novia que lo hacía sentirse tan miserable.

Menudos dramas.

Si hubiera sabido que, luego de un año entero de relación, las cosas acabarían de ese modo, entonces jamás le hubiera pedido una cita a esa chica. Fue demasiado ingenuo, el amor entre ellos jamás existía y no debería mortificarse.

Pero lo hacía.

En realidad, estaba rabioso.

Ella lo dejó por otro.

Jodida vida.

¿¡Cómo se atreve a dejarlo por otro!?

—¿Puedes callarte? —bufó, por fin, Kanda— Me distraes.

—Habla tu amor por mí, me alegra que finalmente estemos progresando —abrió los ojos, sonriendo con cinismo hacia el irritado japonés—. Lo siguientes es que aceptes mi amistad y luego me declares tus sentimientos, prometo rechazarte con amabilidad.

—Estás tan obsesionado con gustarme... —negó, enderezándose y resignándose a tener que hacer sus deberes en otro momento— Comienzo a pensar que quien está enamorado aquí, no es nadie más que tú.

Inmutable, Allen le miró a los ojos.

—Me atrapaste —bufó—. Me enamoré de ti a primera vista, tu rostro afeminado me cautivo, la violencia con la que me tratas me hizo caer completamente.

—Adorable.

—Gustarme no es tan sencillo —se encogió de hombros—. Dejando eso de lado, ¿terminaste de pensarlo? Me estoy cansando de esperar por ti y sé que ya Alma Karma te dijo que esto es idea suya.

Fue el turno de Kanda para suspirar con pesadez, desganado asintió, confirmando lo dicho por el castaño.

—Hablamos de eso hace unos días —admitió, sorprendiendo un poco al otro chico— me dijo que estaba preocupado por la manera en que nuestra mala relación estaba influenciando el ánimo de los estudiantes y mi propio humor.

—¿Tu humor empeoró desde mi llegada?

—No, pero él parece creer que sí —sonrió divertido, aturdiendo más al británico—. Alma vive en una fantasía donde soy un sujeto agradable.

Drama familiar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora