37; Un día antes.

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La semana transcurrió con normalidad, con los protagonistas del chisme más escandaloso del internado siendo ignorantes del nuevo rumor. Yuu estaba demasiado ocupado con los preparativos de un festival, supervisar que Walker no metiera la pata y planificando encuentros familiares a los que deseaba faltar.

Siendo sinceros, la salida del fin de semana le había dado la excusa necesaria para perderse la llegada de su hermano. ¿No era eso una buena noticia? No había motivo para negarse y tampoco pensó tanto en eso, así que sintió que todo se volvió extraño de un momento a otro durante la noche del viernes.

Cuando Allen Walker lo miró a los ojos y, con su expresión más maliciosa, dijo;

—¿Ya le avisaste a Alma que saldremos y no volverás hasta el lunes?

Yuu bajó lentamente la lista de preparativos que había estado revisando hasta la llegada del albino, dos horas atrás ese chico y él se habían separado en la puerta de la sala del Consejo. Últimamente, Walker se perdía de su vista por unas dos o tres horas, a veces sólo regresaba hasta medio minuto antes del inicio del toque de queda.

Siempre supuso que estarían haciendo el tonto con sus amigos o haciendo el estúpido con sus primos. No le importaba, en realidad. Sin embargo, con ese tema saliendo a relucir ahora...

¿Por qué tenía un maldito mal presentimiento?

Frunció el ceño.

—Olvidé que tendría la desgracia de pasar dos días contigo —confesó, ganándose una ceja arqueada de parte del otro—. Y de todos modos, ¿por qué debería avisarle a Alma? Ni siquiera mi madre necesitaría saber que estoy perdiendo clase solo por estar contigo.

—¿Ahora soy tu sucio secreto?

—Podríamos decir que eres sucio y hay que mantener oculto todo lo que tenga que ver contigo y me involucre —rodó los ojos, Allen sonrió mientras se dirigía al armario—. Olvidé pedir permiso a la escuela, no creo poder...

—No te preocupes por eso, me encargué —le restó importancia, preparando un bolso con sus materiales de estudio—. Tardé medio día en convencer a Sheryl de que esto en serio sucedería, dos en asegurarme de que los gemelos no estén en casa y el resto de mi tiempo en verificar las localizaciones del resto en esos días. No hay peligro de incidentes letales durante tu visita.

Por él no era tonto, ¿vale? Se conocía y conocía a su maldita familia. Wis no era el único que sabía que aquella visita podría terminar de una manera comprometedora y no quería pasar por eso de nuevo. Había aprendido su maldita lección cuando la vergüenza los golpeó a él y su novia luego de hacerlo.

Ella no lo visitó nunca más, él no la invitó a casa.

Y Kanda no era su pareja, tenía una personalidad de mierda, pero incluso así el tipo era agradable (una de cada doce veces, por lo menos) y no quería terminar esa extraña amistad, por lo menos no hasta vengarse.

Aunque... ¿Por qué, exactamente, se estaba vengando? No lo recordaba del todo y...

Allen frunció el ceño, confundido por la manera en que todo había avanzado sin que pareciera ser una venganza. ¿No estaba siendo curioso sobre los intereses amorosos de Yuu? ¿Proponiendo el ayudarlo y obligarlo a ir con él a casa para...?

Uh...

¿Qué...?

¿Qué se supone que estaba...?

Su torrente de pensamientos y descubrimientos se vio interrumpido cuando algo blando golpeó su rostro, Allen miró desconcertado la almohada que había caído sobre sus pies un momento, luego dirigió su atención hacia el otro chico en la habitación.

Drama familiar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora