33; Nuevo plan de mierda.

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Siendo testigo del mal funcionamiento del sistema, Narein se sintió un poco compasivo hacia el desgraciado frente a él. Sólo un poco, lo suficiente como para poder llamarse a sí mismo amigo, del resto, no pudo evitar regocijarse del sufrimiento ajeno.

Nadie debería culparlo, aquello era el Karma golpeando la bonita cara de su amigo.

Entonces, tomando todo en consideración, las palabras de apoyo que deberían decirse, fueron finalmente pronunciadas.

—Te lo mereces, nadie te dijo que buscaras la muerte activamente.

Allen gruñó, enfurruñándose en la cama del ausente Wisely. Faltaba una hora para el toque de queda, el hindú se preguntó cuánto duraría aquel berrinche.

De todos modos, si Walker se quedaba no suponía un inconveniente para él. Si lo pensaba un poco, se negaba a aceptar que se sentía un poco solo, especialmente ahora que Kamelot había tomado un permiso para visitar su hogar por esa noche.

Algo escuchó sobre Cross Marian, Mana Walker y Tricia teniendo una fiesta con strippers. No estaba seguro del todo, pero nada que no pudiera ver mañana en Instagram y Twitter.

Si tenía suerte, ¡podría buscar la información en la prensa!

Cómo sea.

—Eres mi maldito apoyo —farfulló el chico, enrrollándose en las mantas como un mocoso berrinchudo—. ¿Dónde está tu compasión? ¿Acaso pasar tiempo que Road te ha quitado los nervios? ¡Incluso deberías llorar por mi desafortunada situación.

—No entiendo cómo los nervios se relacionan, ni mucho menos cómo tú desgracia me afecta —se encogió de hombros, deslizándose por la pantalla de su móvil con mirada pensativa—. Más allá de eso, ni siquiera me queda claro porqué estás aquí. ¿No es esta una mejor situación? Kanda tiene un punto, tu actuación merece vigilancia y eso te permite estar cerca de él.

—¡¿Quién dijo que quiero estar con él?!

—¿No querías vengarte?

Allen calló.

Narein no le hizo caso, llevándose una mano a la barbilla y entrecerrando los ojos, mientras meditaba entre los pros y contras de comprar aquel bonito ataúd. Los diez anteriores habían llegado defectuosos y sus futuros habitantes habían dado un rotundo no hasta el momento, si bien aquel al que daría el "regalo" era el menos exigente del Clan, debía admitir que era... Su favorito.

Así que solo aceptaría lo mejor de lo mejor.

Finalmente, dos suspiros se escucharon en la habitación. Narein salió de la página y echó un vistazo hacia el bulto de mantas en la otra cama.

Allen Walker mascullaba maldiciones y otras cosas, aparentemente reacio a aceptar que su nuevo cargo era útil para su objetivo.

El mejor amigo, simplemente negó exasperado.

—Escucha, piensa en las cosas de este modo —inició, dándole su completa atención al desafortunado chico—. Tienes un secreto de Kanda Yuu, en un caso normal de tu entorno, la respuesta a eso sería un asesinato o la revelación de un secreto tuyo mucho peor que el suyo (y tú, mi amigo, tienes mucha mierda en tu vida, estás en desventaja), viéndolo así tus resultados son mejores y es aceptable.

Walker se movió ligeramente, rodando hasta finalmente dedicarle su desconfiada mirada.

—¿Qué te hace pensar que esto no es un plan para matarme o hacer que me suicide? —cuestionó, Narein debía admitir que la sospecha era lógica— Peor aún, ¿esto no podría tomarse como una oportunidad para actuar en mi contra?

Drama familiar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora