Drama familiar.

26; Pequeños pasos.

No podría decir que era divertido, pero definitivamente no se aburría.

Allen observó sin mucho interés a su compañero de habitación, aquella tarde había sido vilmente abandonado por todos sus conocidos (y ahora que lo pensaba, más allá de Narein y su familia, realmente sólo conocía a Lavi, Alma y Kanda... Quizá debería salir más), por ende había acabado por regresar a su habitación para realizar las tareas que el maldito de Cross le dejó para joderle.

Porque la familia siempre es una cosa buena...

Menuda mierda.

Volviendo al tema.

Walker observó a su compañero, despegando la mirada del libro que, hasta ese momento, se encontraba leyendo tranquilamente. Kanda regresaba de una reunión con el Consejo y, contrario a lo esperado, se veía tan animado que el británico se vio demasiado tentado.

¿Arruinarle el día contaba como "ser amigos"? Esperaba que sí, porque si no era así, entonces no tendría idea de la clase de relación que mantenía con su mejor amigo.

Aunque no le preocupaba demasiado.

—¿Te ha pasado algo bueno?

Yuu elevó la mirada, la suave sonrisa que pintaba sus facciones se borró cuando sus ojos se cruzaron y una expresión alegre se instaló en el rostro del menor. El asiático suspiró, deshaciéndose de la corbata del uniforme y caminando hacia su armario para colgar allí el objeto.

—Nada que debas saber —contestó, bufando por lo bajo y se dirigió hacia el baño que compartían—. ¿Por qué estás aquí? ¿No tienes planes con alguno de los idiotas?

Dejando de lado que acababa de llamar a Narein (el único que le importaba) idiota...

Allen suspiró.

Kanda regresó a la habitación luego de doce segundos y procedió a sentarse en la cama que le pertenecía, tomando su mochila y rebuscando en ella algo. Walker regresó su atención al libro, simplemente comenzaba a perder el interés.

—Es bonito saber que te preocupas tanto por mí, nunca creí que tomarías en cuenta mi soledad —nuevamente, Kanda bufó—. Narein y Lavi salieron, no tengo idea de qué se supone que hacen, pero están tan juntos que estoy preocupado por Wis, quien por cierto, está con mis primos.

—¿Los gemelos dementes?

—Y Road —asintió, cerrando el libro y colocándolo en el buró junto a su cama, miró nuevamente a Kanda, atrapándolo con un teléfono en la mano y...—, insisto. Estás sonriendo, Kanda, somos amigos y estoy preocupado por ti.

—Ah, ugh —Yuu lo miró asqueado—. No voy a acostumbrarme a eso. De todos modos, ¿no habíamos llegado al acuerdo donde eres tú quien me cuenta los chismes de su vida y yo sólo te escucho?

—No, no recuerdo nada de eso —rodó los ojos, su compañero bufó, dejando de lado el celular y le miró sin mucho interés—. Como sea, insistiré hasta que me lo digas. ¿Te ha pasado algo bueno?

—¿Para qué quieres saberlo?

Pues...

Era una buena pregunta y tenía una excelente respuesta.

—Tengo miedo de que estés planeando asesinarme esta noche —confesó, el otro ni siquiera parpadeó—. Así que sería bueno que me avisaras de antemano si algo bueno te sucede, no quiero ponerme innecesariamente ansioso.

—Bueno, no había pensando en eso, pero ahora que lo dices... —sonrió, haciendo a Walker fruncir el ceño— Tengo un hermano.

Vale.

Excelente cambio de tema.

No.

Espera.

¿Qué?

—¿Qué?

Yuu simplemente siguió sonriendo, aparentemente divertido por el desconcierto ajeno. Debía admitirlo, las expresiones calmadas de Kanda Yuu agitaban un poco las hormonas de Allen, nadie podría culparlo, el chico realmente era hermoso.

Pero definitivamente no su tipo.

Si tuviera que decirlo, prefería a las chicas. Definitivamente. Sin embargo, si tuviera que decir la clase de chico con el que no dudaría en salir, pues...

Alma Karma estaba más entre sus estándares.

Incluso Lavi podría parecerle atractivo.

Sea como sea...

—Tengo un hermano —repitió—. Un hermano mayor, un hermano adoptivo.

—¿Y eso es algo bueno? —frunció el ceño, estaba un poco confundido debido a tres razones— Es decir, tengo dos hermanos que también son mayores y son adoptivos, pero... Si pudiera elegir...

—Creo que nadie querría en su familia a un Noé —rodó los ojos, relajando su expresión y regresando su atención al móvil—. No estoy feliz por tener un hermano, es insoportable, infantil y un completo inútil, además de ser el consentido de nuestros padres. Sin embargo, puedo considerar bueno el hecho de que se le ha perdido el pasaporte.

Bien...

—¿Por qué?

—Se acerca el cumpleaños de uno de nosotros, nuestros padres están emocionados y no dejan de joderme con la idea de salir con ellos ese día —explicó, completamente calmado mientras escribía algo en su teléfono—. Sumado a eso, se supone que mi hermano vendría para presentarnos a su nueva novia y el abuelo vendría con ellos... Simplemente, estoy agradecido de que su pasaporte haya desaparecido.

—Todo suena demasiado sospechoso —y la sonrisita de Kanda, era un poco... Allen arqueó una ceja—. ¿Cómo demonios lo hiciste?

—No sé de qué hablas.

—Oye, si de algo estoy orgulloso es de reconocer la maldad con una sola mirada —señaló, ganándose una mirada inexpresiva del otro—. ¿Cómo lograste que su pasaporte...?

—Ya te he dicho demasiado, creo que por hoy no deberías dirigirme la palabra —bufó, levantándose de la cama y deslizando su dedo por la pantalla de su celular mientras se dirigía hacia la puerta—. Hola, ¿Wong? Sí... Ah, sí, lo escuché de él, yo...

Allen rodó los ojos cuando la puerta se cerró detrás de su compañero.

Seguía confundido.

N° 1, Kanda Yuu confesó cosas de su vida personal de manera pacífica.

N° 2, mantuvieron una conversación medianamente normal sin insultos o interrupciones de por medio.

Y N° 3, tenía un mal presentimiento en cuanto a ese "hermano mayor". No podría decir cómo, pero...

Quizá lo estaba pensando demasiado.

Ah.

Por lo menos, ahora sabía una cosa más sobre Kanda.

—Me pregunto cuánto más tendremos en común —suspiró, buscando su móvil debajo de la almohada y abriendo WhatsApp, quería escribirle a Narein, pero...—. Maldito infierno. ¿Qué demonios es esto?

Quizá fue mala idea mirar los estados.

No.

La mala idea fue enviar a Mana a la mansión Kamelot.

Allen suspiró, sintiéndose repentinamente cansado al tiempo en que marcaba el número de Marian y se colocaba los zapatos.

¿Sinceramente?

Se quedaría con los pequeños pasos que estaba dando con respecto a su plan de venganza contra Kanda Yuu, por ahora debería revisar que el estado de Tricia fuera un fail y el cuadro familiar no se hubiera quemado.

—Que desastre.