Drama familiar.

19; Posibilidades y desastres.

La creencia general de una segunda vida (reencarnación o infierno y paraíso), no era algo ajeno a él. Procedía de una familia extremadamente atea, las cuestiones religiosas no iban con él a pesar de que uno de sus tutores fuera (irónicamente) un clérigo que desagradaba a la mayoría de sus primos.

Entonces, a pesar de todo aquello, la creencia general de una segunda vida no le era ajena.

Simplemente resultaba sumamente estúpida... Lo hacía, hasta ese momento. Allen Walker estaba furioso. Tan, pero tan furioso, que Narein se dedicó a suspirar mientras lo ignoraba completamente.

Demasiado aferrado a vivir bien, como para preocuparse por su mejor amigo.

—Te pasa algo —declaró, en un vano intento por no ser tan mala persona como las otras tres personas a su alrededor, Walker bufó—. Bien, lo dije. ¿Podrías pasarme la grapadora a tu izquierda?

El medio pelirrojo, medio moreno, bufó por segunda vez.

Howard Link elevó su mirada un momento, dedicando su atención al británico que buscaba atención con desesperación. Allen tomó el objeto de la mesa donde Road Kamelot (lo ignoraba al igual que Narein, Lavi y Wisely) revisaba unos documentos.

El rubio agradeció el favor una vez con la grapadora en la mano, regresando sus ojos a su propio trabajo.

Allen suspiró ruidosamente, consiguiendo tras veinte suspiros más, la atención del presi del comité.

Link se reclinó en su asiento, cruzándose de brazos y mirándole a la cara.

—¿Qué sucedería conmigo si asesino a mi compañero de cuarto? —cuestionó, demasiado serio como para estar preguntando algo tan estúpido— No digo que vaya a hacerlo, sólo me lo pregunto porque tengo la impresión de que uno de estos días Kanda no despertará y se me culpará de homicidio.

—Serás expulsado y llamarán a la policía —rodó los ojos, señalando una de las cosas más obvias del mundo. Seguidamente, sonrió con ligereza—. Aunque, si tienes suerte, quizá yo pueda mover algunos hilos. Mis tutores son gente importante, podemos borrar tu historial criminal y la existencia de Kanda Yuu. Nadie lo va a...

—Debo recordar, más por ustedes que por mí —interrumpió Lavi, completamente concentrado en releer los papeles que Narein había estado revisando—, que están hablando de uno de mis mejores amigos. No me importa demasiado lo que le suceda, sin embargo, hay gente molesta que no los dejará salirse con la suya.

—Estoy rodeado de dementes y sociópatas —el castaño se giró, golpeando con ligera brusquedad la mesa donde Wisely se encontraba recostado haciendo pucheros—. Hablando de sociópatas; ¿Hasta cuándo seguirás enojado conmigo? Supéralo y ven a ayudarme de una vez, Wis.

Allen decidió ignorarlos, demasiado irritado por su lamentable situación como para interesarse en la desgracia ajena. Luego consultaría con Road la razón de la disputa matrimonial de aquella semana, últimamente Wisely se molestaba demasiado con Narein y eso era algo que pasaba muy poco.

Raramente, en realidad.

Kamelot estaba locamente idiotizado por el mejor amigo de Walker.

Pocas veces se lo había visto irritado cuando las cosas giraban alrededor del hindú.

La anormal situación recién había comenzado hacia poco más de tres semanas, tiempo que tenía Lavi de haberse unido a ellos. Debía admitir que la relación del pelirrojo con ellos no era mala, Mr. Rabbit era un sol...

A veces quemaba demasiado, para gusto de Walker.

Allen frunció el ceño, centrado en Link.

—Necesitamos un plan —sentenció, haciendo al mayor arquear una ceja—. ¿Cómo asesinar sin dejar pistas?