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Habíamos llegado a los casilleros dejando el incidente de lado.
Mafer estaba recargada sobre su hombro dándome una mirada curiosa.
—¿Qué sucede? —indagué guardando mis libros en el casillero.
Mi amiga había aceptado llevarme al campo de softbol después del descanso para que pudiera ver uno de los entrenamientos.
Necesitaba saber en qué condiciones jugaba el equipo escolar y su nivel para no llevarme sorpresas, había escuchado buenos comentarios, pero era mejor mirarlo con mis propios ojos.
—Eres la primera que lo rechaza ... —murmuró socarrona— y en público —una sonrisa malévola estaba en su rostro. Moví mis hombros —¡Eso fue épico! ¡Que viva el empoderamiento femenino! —chilló extasiada.
—Estoy segura de que recibiré un castigo eterno por parte de su harén al atreverme a rechazar a su ídolo sexual —respondí con tono irónico.
—No, más bien mereces un premio —abrió su mochila sacando de ella una cajita plástica de embalaje que contenía un panecillo de la cafetería donde trabajaba. —Pero, por un momento pensé que sí iban a lincharte, tiene un harén fiel y muy tóxico.
Le di una mirada inquieta cuando mencionó lo último, pero me relajé cuando me entregó un cupcake de menta, haciéndome olvidar todo.
Di una mordida y gemí dejando que mi paladar tuviera un orgasmo gustativo.
—Presiento que me estás dando mis Scooby-cupcakes cada que hago una estupidez.
Soltó su risa contagiosa y sacudió la cabeza.
—Tal vez. Por cierto, hoy me encontré al director Ford en el pasillo. Está ansioso por verte en la prueba de mañana.
—Dudo que esté más ansioso que yo —repliqué con la comida llena.
—Lo está, —se burló— miró tu expediente deportivo y le ha dado esperanzas sobre nuestro equipo, después de todo lo ocurrido la temporada pasada, necesita un poco de motivación. Cree que puedes ser el arma sorpresa —me observaba con entretenimiento —en verdad, lo cree. Así que prepárate para para demostrarle todo lo que traes.
Mafer había comentado que la temporada pasada el equipo femenino de softbol había llegado a la final. El director consiguió a los patrocinadores y convenció a la televisora local para transmitir el juego y poder elevar la imagen publicitaria de la escuela, pero lo único que tuvo fue una tremenda paliza en el marcador por parte del equipo contrario y la deshonra de su vida.
El hombre aún no se repone de eso.
—Juego desde los siete años, Mafer. Lo hago hasta con los ojos cerrados, por eso ya quiero que sea mañana —dije antes de pasarme otro bocado— soy muy buena y espero que el equipo esté a mi altura, de lo contrario buscaré otro equipo fuera de la escuela donde pueda tener oportunidad para explotar mi máximo nivel —lamí el betún de mis dedos.
Mi amiga hizo un gesto de asombro colgando su mochila al hombro.
—Y yo que decía que Titán era el arrogante y presumido —hizo un gesto de indignación— creo que deberías aceptar su invitación, después de todo, parece que sí tienen algo en común —sin esperarme, caminó por el pasillo rumbo a las canchas.
Puse los ojos en blanco y bufé detrás de ella.
—Jugar es una de mis pasiones y estoy buscando una gran oportunidad, así que haré lo que tenga que hacer para que valga la pena, esto no tiene nada que ver con tu equipo ni con Titán. Es sobre mí y mi sueño a realizar.
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𝑻𝒆 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒐 𝒂 𝒕𝒊 [+𝟏𝟖] [Próxιmᥲmᥱᥒtᥱ en librerías]©
Teen Fiction¿Qué pasa cuando una chica se enamora por primera vez? ¿Qué pasa cuando el chico le corresponde? ¿Qué pasa cuando un amigo traiciona? ¿Qué pasa cuando una exnovia juega sucio? Supongo que una buena historia...