Capítulo 26

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Pesé a la oposición y negación que Titán tuvo en todo momento para que me vistiera, en un descuido corrí al baño a vestirme.

Cuando estuve de nuevo lista, regresé a donde se encontraba.

Él seguía recostado sobre el sofá, desnudo, sin pena ni gloria.

Santa virgen de los pepinos, definitivamente era más hermoso sin ropa.

Sacudí mi cabeza.

Si seguía mirándolo, pronto iba a quitarme la mía y saltarle encima.

Necesitaba tranquilizar mis hormonas que ya estaban calentándose de nuevo.

Por eso, antes de reunirme con él, pasé mi vista curiosa por el que parecía ser el estudio de la hermana de Roldan.

Quedé impresionada con un gran librero incrustado en la pared en forma de corazón, no sé cuántos libros había con exactitud, pero eran bastantes y dudaba que Lisa los hubiera leído todos, a menos que fuera una erudita en la lectura o que no tuviera nada mejor que hacer en su vida que eso.

Mis ojos seguían explorando, esta vez a los portarretratos.

También había muchos de ellos por todo el estudio. Los tres amigos aparecían en la mayoría de las fotografías junto con Lisa y otra chica hermosa de cabello rubio, largo y muy delgada. En muchas de ellas vestidas de porristas.

Pero fue una fotografía, la captó mi total atención.

Miré la imagen detenidamente. El lugar parecía ser un club y no pude evitar sentir una pequeña punzada en mi corazón, la chica...

Ella era... Emily, y estaba en los brazos de Titán junto con sus amigos.

Tomé el portarretrato en mis manos para observarla mejor, ya saben, eso del automasoquismo que de repente nos aflora en estas situaciones.

Sí, ella era agua pasada, entonces, ¿Qué demonios me importa? ¿No?

Él ya no está con ella. —Me repetí varias veces en mi mente, quise poner el portarretrato en su sitio, pero mis manos no obedecen y se rebelan.

Saco la fotografía, la doblo y la guardo en mi ropa interior.

¡Lo sé, estoy fataaal!

Regreso a la sala y veo a Titán ya vestido, extiendo mi mano hacia él y este me jala pegándome a su pecho, envolviéndome en sus brazos fuertes para besarme de nuevo.

Él ya no está con ella...

—No quiero salir de aquí —protesta.

—Tampoco quiero, pero... Mafer.

—En estos momentos la odio —gruñe.

Reí tomando su mano para salir de la agradable cabaña. Si no lo hacíamos de inmediato, yo iba a querer quedarme toda la noche sin importarme mi amiga.

Llegamos de nuevo donde estaba la fiesta para buscar a Mafer y Eduardo como habíamos quedado. Los encontramos bajando los escalones de la casa.

Ambos lucían despeinados y con ropa desaliñada.

Titán y yo compartimos una mirada cómplice, pero nos hicimos los despistados cuando Mafer nos dio una mirada aniquiladora.

(...)

Después de partir de la fiesta y regresar a casa, intenté dormir, pero solo daba vueltas en la cama. Tenía en mis manos la fotografía que tomé de la cabaña y la observé por largos minutos.

No estaba celosa ni me estaba martirizando, solo era mera curiosidad y morbo por esa chica linda que se miraba tan indefensa.

Pienso en las palabras de Owen y me siento intrigada.

𝑻𝒆 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒐 𝒂 𝒕𝒊 [+𝟏𝟖] [Próxιmᥲmᥱᥒtᥱ en librerías]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora