Capítulo 23

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Era domingo por la tarde y yo regresaba de la cafetería que estaba cerca de mi casa.

Había ido por unos roles de canela que se me habían antojado. Mafer me había dicho la hora en que los preparaban, así los podría encontrar recién salidos del horno. Tenía planeado pasar el resto del día viendo una serie en Netflix.

Apenas había dado una probada al pan cuando una sombra en la oscuridad hace que me atragante.

—Reyes... —doy un respingo al ser sorprendida por Titán.

—¡Joder! —me llevo la mano al pecho para pasarme el bocado que tenía atorado en la garganta.

Titan estaba sentado en mi porche, como un maldito acosador.

—Black... ¿Qué carajos?, digo, ¿Sucede algo? —él niega con la cabeza con su sexi sonrisa.

Avanzo había él, observando que el interior de mi residencia aún está todo oscuro, lo que indicaba que mamá seguía durmiendo todavía.

Cuando salía de sus turnos dobles dormía todo el día para reponer energías.

—Ayer te lo hice saber. Te lo escribí, Reyes... —respondió con una sonrisa tentadora levantándose de los escalones.

—¿Ayer? —susurré pensativa.

¿Qué me escribió ayer?

Oh...

Mi corazón se aceleró cuando lo recordé y mordí mis labios con una chispa de emoción

—¿Vienes a que te bese? —no pude evitar sonreír con una oleada cálida recorriendo mi cuerpo.

Titan abrió mucho sus hermosos ojos y soltó una risita sonrojada negando con la cabeza.

—Reyes... eres una chica traviesa —tomó mis hombros sin perder su hermosa sonrisa —dije que quería ver si estabas bien y que si querías salir conmigo.

¿Y el beso, apá?

Joder, ahora no sabía si se reía de mí o conmigo, pero yo moría de vergüenza por dejarme dominar por mis pensamientos lujuriosos.

—Reyes...—tenía mi rostro abajo, queriendo meter mi cabeza en el suelo como avestruz, pero Titán levantó mi barbilla buscando mi mirada, apenas mis ojos se encontraron con los suyos, se acercó y besó mis labios tomándome desprevenida.

Jadeé al sentir su mano abrazar mi cintura para estrecharme a su cuerpo. Titán gruñó cuando di una suave mordida a sus labios sin romper nuestro beso, seguía apretándome más a él, sus manos nadaban por mi cuerpo haciendo que la temperatura del ambiente se calentara.

Quería meterlo a mi habitación y hacerle mil cosas, estaba deseosa, pero recordé que mamá dormía al otro lado.

—Dios, claro que quería tus deliciosos besos, no iba a aguantar hasta mañana, Reyes —susurró con respiración agitada.

Sonreí, separándome un poco de él.

Yo también quería lo mismo.

Sus besos eran dulces, tiernos y embriagadores.

—Sé que dije que quería seguir conociéndonos, pero... —enunció en un suave susurro sobre mis labios, había cerrado sus ojos momentáneamente y sus dulces gestos habían cambiado.

Su expresión era seria y tuve un mal presentimiento.

—¿Qué sucede? —Me atreví a preguntar.

Quizá se había arrepentido.

𝑻𝒆 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒐 𝒂 𝒕𝒊 [+𝟏𝟖] [Próxιmᥲmᥱᥒtᥱ en librerías]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora