𝑻𝒆 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒐 𝒂 𝒕𝒊 [+𝟏𝟖] [Próxιmᥲmᥱᥒtᥱ en librerías]©

Capítulo 57

TITAN

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Noche del evento.

Después de que mi padre anunciara públicamente el compromiso de Emily y mío, miré cómo desaparecía el amor de mi vida de entre los invitados, reaccioné de inmediato bajando del escenario en su búsqueda, pero antes de poder seguirla, Tina se interpuso en mi camino.

Me había olvidado de que estaba aquí.

Era obvio que estaba fúrica.

Hice un gesto para acercarme con el fin de explicar la situación como lo había querido hacer semanas antes, pero su mirada asesina me detuvo. Tina tenía un carácter fuerte, ya me lo había demostrado anteriormente.

Miré a Adam a su lado y él negó con la cabeza, indicándome que no era el momento indicado.

«Claro que no lo era»

Por suerte Anna también estaba ahí, tratando de tranquilizarla llevándosela a otro lado, entonces, no perdí tiempo y fui en busca de Frida, pese a la orden de mi padre de no moverme de mi lugar, dejé a la supuesta novia lanzándome dagas con la mirada y a Edward Fisher, furioso, pero a esas alturas, nada ni nadie me importaba.

A la mierda las formalidades y apariencias.

Pasé por entre las mesas de los invitados, llamando la atención de los presentes, cuando llegué al pequeño kiosko, donde creí que podía estar con Mafer y Eduardo, me llevé una desilusión.

No había nadie.

Desesperado, busqué por todos lados, no podían haberse ido tan rápido o sin que yo la hubiera visto, apreté mi mandíbula cuando la idea se me vino a la mente.

Mafer debió sacarla por el jardín escondido.

Corrí al estacionamiento para poder alcanzarlos, solo iba minutos por delante.

Llegué a Thomas, el hombre encargado del ballet parking, pregunté por el auto de Mafer y para mi mala suerte, Mafer, Eduardo y Frida acababan de salir de la propiedad.

Pido las llaves de mi Jeep, pero el hombre me mira con nerviosismo.

—¿Qué sucede, Thomas? —interrogo ante su palidez— solo quiero las llaves de mi Jeep— hablo tratando de tranquilizarme, pero la verdad es que ya estoy desesperado.

Cada minuto que pasa se me hace eterno, necesito hablar con Frida y arreglar las cosas.

Lo solucionaremos, estoy seguro.

—Joven Black —Thomas estaba incómodo y nervioso —su padre ha ordenado que no le dejemos salir.

Creo que no escuché bien...

—Thomas, las llaves... por favor —pedí una vez más ignorando lo que creí haber escuchado, respiré hondo, en verdad, mi paciencia se estaba yendo al carajo.

El hombre limpiaba el sudor de su frente, debatiéndose entre obedecer las órdenes de mi padre o las mías, pero agradecí con un gesto cuando terminó buscando las llaves de mi Jeep.

—Gracia Thomas —sonrío animado tomando mis llaves para ir corriendo a mi Jeep.

—¡Titán Black! —un grito fúrico hace que me frene, mi piel se eriza y congela mi sangre.

Despacio, doy media vuelta hacia ella.

—Tina... —la mujer ya estaba observándome con esa mirada asesina de hace unos momentos, no me atrevo a hablar, admito que le temo.

—Ni se te ocurra buscar a Frida, desde ya te lo prohíbo para siempre —sentencia como si hubiera leído mi pensamiento.

Mi corazón se oprime ante su amenaza. Es una exigencia lógica de su parte, pero de mi parte, no voy a darme por vencido.