Capítulo 25

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Permanezco sentada en el pasto metida entre las plantas, Owen se marchó minutos después de que lo hiciera su primo.

Yo seguía perdida en mis pensamientos tratando de digerir lo ocurrido, pero me era imposible.

Estaba molesta y frustrada, Owen no es el amigo que presumía ser.

Un amigo no haría semejante cosa para dañar a la persona que dice apreciar.

Merecía que le cortaran las bolas, igual que a su primo.

Mi celular vibró y el nombre de Titán apareció en la pantalla. No sé por qué dudé en contestar su llamada.

Cómo le iba a decir que su mejor amigo, pagó a su "primo" para que lo lesionara y que sus negras intensiones eran dejarlo fuera del torneo.

Mierda.

—Reyes, ¿dónde estás? —interroga con seriedad en cuanto contesto después del quinto tono.

—Lo mismo puedo preguntarte, Black —no quise sonar como la típica celopata, pero en ese momento mis emociones estaban totalmente alteradas.

—Si no lo recuerdas, me mandaste a acompañar a Owen a comprar cerveza, pero el muy idiota me dejó solo y tuve que hacerlo todo yo —se quejó molesto.

¿Si supieras por qué?

Suspiro y me levanto, sacudiendo las hojas en mi cabello y trasero y camino de nuevo a la banqueta y mirando a mi alrededor para ver si sigo sola.

—Estoy en un hermoso jardín en espera de mi príncipe encantador —finjo bromear para quitar la tensión de encima.

En algún momento yo tendría que tomar una decisión; decirle o no a Titan lo que ocurría con su supuesto mejor amigo.

Aún me resistía a creer que su mejor amigo quisiera hacerle daño, pero lo había escuchado y visto con mis propios ojos, lo único que no entendía era el motivo para querer dañarlo de esa manera.

Deseaba creer que estábamos iniciando algo especial y de ser así, no permitiría los secretos entre ambos. Aunque las cosas no pasaron a mayores, era mejor que Titan estuviera al corriente de lo sucedido, pero tampoco quería verle sufrir cuando se enterara de lo sucedido.

Solo tendría que buscar el momento perfecto para soltarle esa bomba.

Cerré los ojos y aspiré una agradable y conocida fragancia, el excitante aroma llega a mi nariz y se mete por todo mi cuerpo.

Titán llega por mi espalda, pasando sus manos por mi vientre, pegando sus labios en mi cuello. Mi corazón se acelera y mi piel se enciende ante su toque.

—Ha llegado tu príncipe encantador, Nena —mordí mis labios reprimiendo una risa y di media vuelta para quedar de frente al hermoso semidiós de ojos azules.

—Creí que eras Felipe —lo miré con fingida decepción.

—¿Felipe? —interroga confundido... muy confundido.

Me suelta y se aparta. Lo atraigo de nuevo hacia mí.

—Felipe, el príncipe de Aurora... —sigue sin entenderlo— ¿La bella durmiente? —explico sacudiendo mis manos con desdén —siempre he estado enamorada de él —suspiro, melancólica.

Titán se relaja y se ríe. Abrazándome y besándome con ternura.

—Pero yo soy mejor que él —presumió seguro, acariciando mi mejilla—. Enarqué mi ceja. —Soy real y eso me da toda la ventaja.

—Cierto —acepto y sonríe victorioso— aunque a veces dudo que seas real —murmuro apagando mi voz.

Era todo tan perfecto que daba miedo.

𝑻𝒆 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒐 𝒂 𝒕𝒊 [+𝟏𝟖] [Próxιmᥲmᥱᥒtᥱ en librerías]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora