Capítulo 27

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                                                                ************

Después de salir del auto, caminamos a un ascensor que nos llevó al tercer piso. Luego entramos a un pasillo de paredes de cristal.

Wow...

El lugar era elegante y moderno. Estaba impresionada, en serio.

—Estas son las oficinas Black Company —Titan señaló con su cabeza hacia las puertas de cristal, tomando mi mano para continuar nuestro recorrido.

Luego entramos a una oficina ejecutiva. Wow, ese el lugar estaba pulcro.

Todo estaba perfectamente ordenado; un limpio y amplio escritorio de cristal, un sillón ejecutivo color tabaco, libreros llenos de bitácoras, una sala de medialuna color ónix con mesitas de cristal y plantas grandes de sombra dándole un toque minimalista.

Detrás de las paredes de cristal bailaban luces de colores que venían de algún lugar.

Acercándome con curiosidad me sorprendí cuando descubrí que la vista era al club.

—Esta es la oficina de mi padre —sentí su respiración en mi cuello y su cuerpo pegarse al mío.

—Excelente vista —respondí girándome hacia él.

—Le gusta estar al tanto de lo que sucede en sus negocios —besa la comisura de mis labios de manera tierna.

—Como todo un empresario —sonreí comprendiendo—y me imagino que existe una habitación con pantallas sobre todo lo que ocurre en el lugar.

—Imaginas bien —asintió, pero no sonrió— el lugar ha sido blanco para delincuentes, por lo que mi padre tiene una seguridad hermética para salvaguardar el lugar y a sus clientes... —explica y me cuenta sobre algunos de los atracos fallidos.

Su celular timbra haciendo justo cuando termina esa conversación, por el cambio de humor me imagino quien está al otro lado de la línea.

¿Qué ocurre? —responde en tono seco— un rato más llegaré —sin más cuelga y me observa serio.

—¿Sucede algo? —indago atenta.

No me agrada saber que está inquieto por algo, porque de ahí vienen sus cambios de humor.

—Owen... —contesta y eso hace que ponga la misma cara de fastidio que Titán —vamos, quiero mostrarte todo el lugar —dice fingiendo entusiasmo.

Antes de reaccionar, toma mi mano de nuevo y seguimos el camino, pasamos por otras dos oficinas que eran más pequeñas, pero igual de impecables y paredes de cristal que daban a otros ángulos del club.

Después llegamos a una puerta doble de cristal oscuro. No era una oficina, sino una habitación de juegos donde había tres mesas de billar, dos sofás largos de medialuna, una enfrente de la otra formando un círculo con espacios.

Un par de gigantescas pantallas Smart que colgaban en lo alto de la habitación, en la pared de mi lado, una basta cava minimalista con una barra de caoba y taburetes de a juego.

—Subimos aquí cuando queremos privacidad —enarqué una ceja, curiosa.

No quería imaginarme a qué se refería con eso de la privacidad...

Sonríe divertido al ver mi expresión.

—Solo Roldan, Owen y yo, por lo general —me da otro pequeño beso conduciéndome por una puerta lateral a la que entramos.

Era una habitación de descanso.

Por un momento quedé sorprendida por el increíble lugar.

Había una cama matrimonial vestida de blanco que se miraba tentativa con sus mesitas de noche y un diván al pie, una cómoda y una mesa redonda con dos sillas, a un lado había un frigobar. Todos los muebles eran de color blanco, hasta el baño era lujoso en aquella habitación.

𝑻𝒆 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒐 𝒂 𝒕𝒊 [+𝟏𝟖] [Próxιmᥲmᥱᥒtᥱ en librerías]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora