Capítulo 36

6.3K 698 122
                                    


—Todo un personaje, la tía Raquel, ¿eh? —Titan se burla divertido.

Después de ver y escuchar las intenciones que la tía tendría para esa noche, él y yo tendríamos tiempo de hablar y pasar tiempo juntos.

—Parece una adolescente —respondí sacudiendo la cabeza —es un shot de frescura y desestrés para mamá.

Desde la llegada de mi tía, mamá reía, gritaba, se indignaba, renegaba, se molestaba, enloquecía. Todas las emociones juntas, pero a pesar de eso, también se le veía entusiasta y cómoda.

Su hermana tenía una personalidad jovial y extrovertida que la contagiaba, aunque Tina jamás lo reconocería, por qué a ella le gustaba mantener su personalidad seria y recatada.

Titan me miró y me besó rápido.

—En qué estábamos, nena... —sonrió, astuto. Jugando con nuestras manos.

—¿En lo de la tía Raquel? —conocía esa mirada depredadora, por eso me hice la disimulada.

Ronroneó rozando su nariz por mi cuello.

—Aprovechando que tu tía estará ocupada, creo que podré cumplir tu deseo —mordió el lóbulo de mi oreja y juro que mi visión se puso color rojo.

—¿Mi deseo? —gemí en reacción a su caricia— ¿me bailarás desnudo? —trataba de resistirme, solo un poco.

Titan dejó de acariciarme por todos lados y me dio su maldita mirada ardiente.

—Mi hermosa gatita, tú si sabes cómo encenderme —su voz había enronquecido.

Mi cuerpo también se calentó. Sabía lo que venía y estaba ansiosa.

Pese a las circunstancias, ese tiempo era de nosotros y para nosotros, hicimos a un lado el tema de Emily, y nos dedicamos a recuperar el tiempo sin vernos.

Me alzó en sus brazos y me llevó a la cama, me besó tan apasionadamente que pensé que mis pulmones se secarían por falta de oxígeno.

Pero eso no nos detuvo para desnudarnos y hacer el amor tan rico y apasionadamente que quedamos exhaustos y satisfechos, fue como si lo hubiéramos hecho más de ocho veces.

Por más cómoda que estuviera enredada entre sus piernas, tenía que ir al baño o mi vejiga iba a explotar, salí de mi cama poniéndome solo mi polera holgada para ir al baño.

Como no cerré la puerta por completo, escuché cuando Titan se removía por el colchón. Creí que quizá estaba vistiéndose, también.

—Nena, ¿estás por salir de viaje? —bajé la palanca del inodoro y luego me asomé por la puerta al escuchar su pregunta.

—¿Por qué lo preguntas? —indagué curiosa mientras me lavaba las manos.

El único viaje que haría sería a la boda de Olivia, pero él no lo sabía aún.

—Esa maleta roja, la que está aún lado de tu closet...

—No, eso no es mío —salí de baño percatándome de que su rostro se tornó serio y parecía preocupado.

Entonces, fue cuando mis ojos se desviaron a la "maleta roja" y por una extraña, pero muy extraña razón, mi cuerpo se congeló.

No sé por qué no reaccioné cuando Titán fue a ella, ni cuando la puso sobre la cama.

¡Qué demonios hace!

¡Reatciona Frida...!

—¡Black, no la abras! —mi grito nervioso lo intrigó aún más— lo digo en serio, no la abras —volví a amenazar, pero me volvió a ignorar.

𝑻𝒆 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒐 𝒂 𝒕𝒊 [+𝟏𝟖] [Próxιmᥲmᥱᥒtᥱ en librerías]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora