Capítulo 15

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El lunes llegó y antes de entrar a la clase de biología, el director Ford me mandó llamar.

No me sorprendió, él quería avisarme personalmente que el viernes entrante se jugaría un partido amistoso, pero en realidad no era nada amistoso, sino un juego donde el orgullo era el trofeo.

Porque el juego sería contra el Instituto Gales, The Queens, el único y viejo rival a vencer.

Por lo que, desde ya se iniciarían las prácticas.

Ford estaba animado y ansioso porque iba a usarme como el arma sorpresa.

También explicó que, previo a la temporada, los cuatro equipos más fuertes participaban en un juego de exhibición a donde acudían reclutadores de talentos, que era lo que a mí me interesaba.

Yo estaba en busca de una oportunidad para jugar en algún equipo estatal, las becas deportivas eran muy generosas y de conseguir una, mamá tendría una preocupación menos.

Cuando llegué a la clase de Biología fui directa hacia la profesora, evitando a toda costa mirar a Titán, aunque podía sentir esa mirada de fuego penetrante.

Le entregué el justificante que me había dado Ford y también el ensayo solicitado. Una semana antes de la fecha estipulada, decidí que era mejor no darle tantas vueltas.

El trabajo estaba finalizado y si podía encontrar el modo de adelantar el resto de los trabajos, sería beneficioso para mí.

La temporada de softball estaba por iniciar pronto y los entrenamientos serían prioritarios, pero también estaba mi parte responsable con el resto de los profesores. En mi escuela anterior adelantaba trabajos y en vacaciones avanzaba materias para que mis notas fueran limpias y no justificadas por el deporte, a menos que fueran necesarias.

La profesora Ginger sonrió cuando aceptó el trabajo, felicitándome por mi responsabilidad y dedicación, aproveché para plantearle adelantar el resto de los trabajos y accedió con una condición; los trabajos eran en equipo y en eso no había cambios, si quería adelantar, tendría que hablarlo con Titán.

Lo descarté de inmediato e incluso intenté negociar otras opciones, pero no funcionó.

Resignada, me despedí de la profesora y abandoné el salón.

llegué apresurada a guardar mis libros en el casillero y me dirigí a los vestidores, serpenteando entre la multitud de estudiantes, estaba apresurada por llegar a tiempo al entrenamiento que no me importaba chocar con uno que otro idiota que se me atravesaba de adrede.

—Frida... —mis pies se pegaron al suelo al escuchar su voz, pero me contuve para no girarme hacia él. No quería evidenciar que me afectaba su presencia —¿podemos hablar?

Negué con la cabeza.

—En otra ocasión, ahora estoy de prisa.

—Solo serán unos minutos, —en un parpadeo lo tenía frente a mí —por favor —insistió con voz suave.

Mi corazón estaba muy acelerado.

—Titán, si es por el ensayo no te preocupes, ya lo he entregado.

—No quería que lo hicieras sola.

Maldito, como jodía mis emociones.

—Fue tu idea principal, —recordé con una pizca de reproche— hice un buen trabajo y no necesité de tu ayuda —asintió dándome la razón, parecía que quería decir algo, pero Titán no era bueno sacando sus emociones.

𝑻𝒆 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒐 𝒂 𝒕𝒊 [+𝟏𝟖] [Próxιmᥲmᥱᥒtᥱ en librerías]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora