Bendición V

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—Así que dices que Jarvis ha tenido mareos y náuseas, ascos y vomitos... —dijo pensativa Peggy.

—Si... Además ha tenido cambios de humor... Hace poco le preparé de comer, ¿será por eso? —cuestionó Howard.

—¿Qué tan idiota puedes llegar a ser? —preguntó con sarcasmo la mujer. —Serás inteligente y lo que sea pero a veces no logras comprender nada.

—¿Qué quieres decir?

—¿Lo ves?

—Si me explicas no me enojo. —se fastidió Howard.

—Es más que obvio, Howard. —suspiró. —¿Te gustaría tener hijos?

—No lo sé... —se encogió de hombros. —Lo he pensado muchas veces y creo que solo serían un fastidio.

—Ahora entiendo porque Jarvis no te ha dicho nada. —comentó Peggy. —Te lo digo ligeramente, eres un tonto, ¿Cómo es que no te has dado cuenta?

—Ya dime en vez de insultarme. —Howard comenzaba a enojarse.

—Pues que Jarvis está embarazado. —Dijo obvia.

—¡¿Qué?! —se sorprendió Howard.

A Través De Nuestros OjosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora