A Través De Nuestros Ojos

Sorpresa VII

—¿Ves? —dijo Jarvis. —Si se le habla honestamente a los niños, ellos entienden.

—Bueno, solo que se me hace injusto que Tony reaccionara así contigo, si hubiera sido de yo de seguro me hacía un berrinche. —se cruzó de brazos Howard. —No es justo.

Por otro lado, Tony llegó hasta el huerto y vio su pequeño plantío. —No te preocupes, hermanito, vas a estar bien. —le echó agua con la regadera. —Te voy a dejar por hoy, iré a investigar un poco sobre los bebés.

Corrió hasta la biblioteca de la mansión, comenzó a buscar entre todos los libros cuál sería el adecuado para su investigación. Al encontrar un libro sobre “reproducción humana” y comenzar a leerlo y realizar sus apuntes e investigaciones se percató de algo muy importante.

—Papá me mintió... —se dijo incrédulo. —Los niños no nacen de semillas... —frunció su ceñito y siguió leyendo. —Entonces si la fecundación se da correctamente, la persona quedará embarazada.

Guardó los libros sobre el tema después de unas cuántas horas de investigación, se fue a su cuarto y se fijó por la ventana para ver que estaban haciendo sus padres, afortunadamente estaban de cariñoso en el jardín.

Y sin más, corrió con velocidad hacia la habitación de sus padres, se metió en el baño y comenzó a buscar los anticonceptivos de sus papás.

—Aquí están. —dijo el castañito cuando agarró la tira de condones. —Que suerte que está escrito en el paquete que son anticonceptivos.