A Través De Nuestros Ojos

Prioridades X

—¿Así que cree que su hijo no lo quiere? —cuestionó Joseph mirando directamente a los ojos a Howard, como era muy típico Joseph y Howard platicaban entre ellos mientras que Sarah y Jarvis charlaban. —¿No cree que exagera?

Howard tomó un poco de jugo y vio a unos cuantos metros a su hijo jugando con el pequeño rubio. —No exagero, es verdad... Hoy cuando estábamos en la piscina haciendo actividades de padre e hijo, me rechazó por completo.

—¿No es por qué le tiene miedo al agua?

—No, si con Jarvis si se metió al agua y nadó pero conmigo lloró. —dijo decaído Howard.

—Eso pasa por no darle la suficiente atención o por lo menos atención de calidad. —Joseph habló con entendimiento. —Además no creo que te odie porque vino buscando comida para ti.

Howard recargó su frente en la mesa. —¿Qué debo hacer?

—Eso es obvio, solo dale más atención y no lo trates como una carga. —se encogió de hombros.

—Tony no es una carga es mi prioridad número uno. —dijo determinado. —Pero creo que nunca se lo he demostrado.

—Entonces ya sabes por donde empezar. —Joseph intentó darle ánimos al contrario. —Solo tenle paciencia, los niños suelen se muy honestos.

—Tienes razón, debo recuperar el amor de mi hijo, aunque perderlo fue como una patada, sentí como se me bajaba la sangre. —un pequeño escalofrío recorrió el cuerpo de Howard.

Pasaron las horas y ya estaba atardeciendo cuando Jarvis se levantó de la mesa junto con Sarah para ir por los pequeños.

—Steve, ya es hora de irnos. —la mujer se acercó a su hijo y lo cargó.

Jarvis se puso de cuclillas y llamó a su niño. —Tony, vamos a casa. —extendió los brazos para recibirlo.

El castañito corrió hacia Jarvis y lo abrazó con fuerzs. —Papi Javis, Edtip ed mi nuevo amigo. —señaló al rubiecito mientras Jarvis lo sostenía en brazos.

—Mami, Tony es mi mejor amigo en todo el mundo. —sonrió el Steve.