A Través De Nuestros Ojos

Prioridades VI

—¡No sé qué pasó! —Howard comenzó a caminar de un lado a otro con mucha preocupación. —¡Sólo le quité los ojos de encima por unos segundos!

—¡Eso no importa ahora, hay que ir a buscarlo! —Jarvis imitó el acto de Stark de moverse de un lado a otro mientras veía a sus alrededores. —¡Juro que si le pasa algo a Tony, te castro!

—¡No eres el único que está preocupado! —se enojó, pero ambos sabían que no era momento para pelear, respiró ondo para tranquilizarse. —Como sea, tu ve a buscarlo en la zona de las canchas y yo lo buscaré por la zona de juegos y comida.

—¡Está bien, si pasa algo llámame! —Jarvis se retiró y se dirigió hacia el lugar donde Howard le había indicado.

—¡Lo mismo va para ti, Edwin! —se sentía frustrado, por Dios, sólo lo perdió de vista por unos segundos y ahora su hijo estaba desaparecido. —Veamos... Si yo fuera un niño de dos años y siete meses ¿Dónde estaría? —comenzó a caminar velozmente hacia los sitios mencionados.

No importaba cuanto se esforzaba por buscarlo y preguntarle a la gente, no lograba encontrarlo. Buscó por todo el lugar de los juegos e incluso se metió al tobogan y a algunos otros juegos hasta el punto de que casi se atoraba.

—Tony es mi prioridad número uno y aún así... —Howard estaba desesperado, se sentía culpable ya que nunca le hizo saber eso a Tony, caía en cuenta de lo malo que había sido con su hijo, de todas la veces en que Tony le pedía un poco de atención y lo rechazaba. —Soy el peor papá de todos, ¿Y si lo secuestraron? ¿Y si se salió de la deportiva y lo atropellaron? ¿Y si se perdió? ¿Y si está herido?

Ya había pasado un buen rato y ni Jarvis ni Howard lograron encontrarlo. —¿Buscaste bien? —Jarvis preguntó con desespero ya que se habían reunido en el último lugar donde Howard había visto a Tony.

—Si, no apareció por ningún lado... —Howard se sentía lo peor de todo.