A Través De Nuestros Ojos

Bendición VI

—¿Entonces la razón por la cual Jarvis se comporta extraño es porque está embarazado?... —Howard no se lo podía creer.

—Es justi lo que escuchaste. —se rio Peggy. —Lo que yo me pregunto es cómo no te diste cuenta antes.

—Bueno... Yo pensé que estaba enfermo del estomago... —El castaño seguía impresionado. —¿Pero, por qué no me dijo nada?

—Eso ya te corresponde a ti preguntárselo. —Peggy se puso de pie. —Y creo que es mejor que lo hagas de una vez, después hablamos al cabo lo que te iba a decir no era importante. —caminó hacia la salida. —Cuidate, Howard.

—Adios... —Stark se quedó pensativo por unos instantes. ¿Por qué no le dijo nada? —Santa papaya... Será mejor que hable con él.

Y así Howard se dispuso a buscar a su pareja, supuso que estaría en su habitación y no se equivocó. Abrió la puerta lentamente y lo vio sentado en la cama.

—Jarvis... —le llamó a lo que el mecionado lo volteó a ver. —¿Hay algo que quieras decirme?

—...

El de menor estatura suspiró un poco cansado. —Ya lo sé... —se acercó a Jarvis. —No te preocupes...

—¿Qué sabe? —Jarvis miró a Howard con un semblante relajado.

—Que estás embarazado...

—Yo...

De la nada Howard se acercó a Jarvis y lo abrazó cariñosamente. —Gracias...

—¿Eh? —Jarvis se confundió, no esperaba eso.

—Gracias... —Se separó de Jarvis y le sonrió. —Los amo a los dos...

—Yo también...

—¿Y sabes qué más? —Howard se sentó al lado de Jarvis.

—Un hijo será grandioso... Todavía no nace y ya haría todo por él... —dijo Howard con amor.

—No es el único... —Jarvis se dejó abrazar por Stark.

—Aunque estoy lastimado porque no me dijiste nada. —dijo en tono de broma.

—Pero ya lo sabe y eso es lo que importa. —Finalizó Jarvis.