Colibrí XI

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Pasaron las horas y Howard pensaba y pensaba cómo le daría a su esposo tan semejante noticia, no obstante, sus pensamientos fueron interrumpidos por el tono de su celular.

—¿Diga? —contestó sin ganas.

—Señor, recaudé la información que me pidió.

—Te escucho. —Howard se sentó en una de las bancas que estaban fuera del hospital.

—Es un hombre de 34 años llamado Höffe, no tiene familia y vive por la calle principal del centro del la ciudad, al parecer bebió en exceso por una ruptura amorosa lo cual provocó el accidente automovilístico... Höffe salió del accidente solo con unos cuantos rasguños nada graves.

—¿Dónde está actualmente? —el pelicafé se limpió su rostro.

—En cuanto pudo se dio a la fuga y está siendo buscado por las autoridades pero ya lo pudimos localizar y se encuentra en una propiedad de sus padres. ¿Cuál es la orden?

—Escucha, manda a Xhoco por él y dile que puede divertirse con él. —apretó el teléfono, lo quería muerto. —No quiero que lo mate y cuando termine de jugar lo arrojan por ahí... Que evite dejar pistas de que estuvo ahí.

—Por supuesto.

—Y tu encargate de sea llevado a prisión de por vida. —finalizó Howard. —¿Entendido?

—Si. —se terminó la llamada.

Stark suspiró y observó el cielo por unos segundos. —Debo preprar el funeral de Tony...

A Través De Nuestros OjosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora