Fetiche

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Un Tony de 4 años estaba en la sala principal, jugaba con sus juguetes hasta que un ruido proveniente de una de las habitaciones de del segundo piso llamó su atención.

Sin pensarlo dos veces decidió ir a investigar el extraño ruido, subió por las escaleras a toda la velocidad que un niño de 4 años puede alcanzar.

Al girar en la esquina del pasillo se detuvo en seco ya que vio a Jarvis saliendo de la habitación principal.

—Papi Jarvis. —le llamó el menor, lo veía con sus enormes ojos curiosos porque no lograba entender el porqué de la situación.

—T-tones... —Jarvis se sorprendió al ver al pequeño viéndolo mientras sostenía un camión de juguete. —Cre-creí que estabas dormido...

—¿Por qué estas vestido así? —ladeó la cabeza el menor.

—Eh... ¿Así?... —Jarvis se puso nervioso cuando el niño asintió. —Pues... Vi... Vi una cucaracha y, y... pues... decidí exterminarla...

—¿Estás jugando al exterminador? —preguntó Tony con emoción en su voz.

—S-si... —Jarvis se lamentaba no haberse fijado sino había nadie en los pasillos.

—¿Puedo jugar? —preguntó el niño ansioso.

—¡No! —El adulto entró desesperación.

—¿Por qué?

—Porque... Porque ya es muy noche y, y debes de irte a dormir... ¡Si! —se exaltó. —Ya es hora de dormir.

—No quiero... —se negó Tony. —Tía Peggy dijo que iba a venir... Y apenas son las 6 de la tarde.

—Que inteligente... Entonces... ¿Puedes esperar abajo? Es que tengo que... Tengo que... ¿Arreglarme? —A veces Jarvis lamentaba que Tony fuera más inteligente que muchos niños.

—Está bien... —Tony dijo con una sonrisa, se dio media vuelta y se fue a la sala principal.

Jarvis suspiró cansado, se dio media vuelta y entró nuevamente a la habitación. —Dios santo... —cerró la puerta detrás de si.

—Oh, Edwin... ¿Regresaste por más? —Le dijo Howard coqueto, estaba recostado sobre la cama mientras la sabana tapaba su cuerpo desnudo. —Me encanta que te vistas así...

Jarvis tuvo un tic en la ceja. —Tony me vio vestido de esta forma tan bochornosa... Y todo por sus fetiches. —señaló a Stark.

—Pero te ves bien vestido de enfermera sexy... Te tomaría en cualquier lado... —Howard avergonzó a Jarvis.

—Tony me confundió con un exterminador... —se sobó la frente.

—Podemos intentarlo. —sugirió Howard.

—¡Deja tus fetiches sexuales a un lado y tomate esto en serio Howard! —Se enojó Jarvis. —Ahora vistase porque no ha de tardar en llegar la señorita Peggy y estoy seguro que si Tony le cuenta lo que vio, nos va matar.

—Eso es un peligro... Pero me encantan mis fetiches... —finalizó Howard con orgullo.

A Través De Nuestros OjosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora