«No estoy pensando en si has salido con tus amigos, siendo hermosa cuando coqueteas. No estoy pensando en si cuando salga estarás detrás de mi puerta. Y de todas las cosas que hago, no pienso en ti»
I don't think about you, HRVY
Una épica caminata por el pasillo, con mi brazo sobre los hombros de Amberly Fisher y su mano aferrada a mi cintura, ambos con atuendos en tonalidades rojizas y negras. Nuestros pasos son seguros, desbordan confianza y hacen que más de uno voltee a mirarnos. Todos observan cómo un nuevo comienzo se abre para el cantautor Daniel Lisboa.
Así es como lo veo, así es como es.
Empezar un nuevo colegio no es una tarea tan estresante si a mi lado permanece ella. Amber es muy reconocida a nivel escolar, con su belleza, carisma e inteligencia se ha ganado los corazones de los estudiantes y profesores. Por eso, al ver que este año "su chico" se le suma las bocas no dejan de hablar sobre el hecho.
—¿Sabes qué haría de esta entrada una perfecta? —se eleva de puntitas de pie para susurrarme aquello. Observa con escrutinio mi perfil antes de cambiar su voz a una más suave y sugerente— Un beso.
Nuestro primer beso juntos.
Hacía meses que no besaba a alguien. La última persona con la que entrelacé mis labios la terminé destrozando. Tal vez eso es lo que temo.
—¿Es esto lo que quieres, Amber? —cuestiono mientras mis cejas descienden.
Todos nos miran, se preguntan por qué nos detuvimos a medio camino. Ella asiente portando una sonrisa y sé que ya no puedo rebatir nada más. Trago saliva antes de bajar mi brazo y girarla causando que quede frente a mí, mi mano derecha se apega a su cintura, mis ojos se deleitan con los de ella en una cercanía exuberante.
Mis párpados caen y dejo que un mundo se proyecte libremente en mi cabeza. Ya no lucho contra los sentimientos negativos que intentan hacerme retroceder, ya no permito que el terror invada mi cuerpo. Simplemente agudizo mis sentidos y mis labios reclaman los de Amberly como el comienzo de una etapa en mi vida. La beso como quien descubre cientos de sorpresas en la boca de una persona ajena a sí misma. Semejante al primer beso de un niño; inocente, dulce, cálido.
—Perfecto —musita cuando la dejo ir.
No armo tanto escándalo porque, para ser sincero, se sorprenderían con el número de bocas que he besado con solamente quince años.
A diferencia de mi escuela anterior, esta sólo contiene un piso. Las paredes beige están llenas de carteles sobre diferentes tópicos que nadie lee. Un pizarrón a un costado está repleto de mensajes que se mandan los adolescentes, algunos garabatos, nombres y spam para sus redes sociales. Me envuelve un ambiente como... familiar. Todos parecen conocerse entre sí e incluso ser amigos.
"Un cambio de aires" le había respondido a Tatiana cuando me preguntó por qué vendría aquí. La realidad no es esa. Nada me ataba a aquel edificio, ni siquiera Tati estaba en mi salón. Decidí hacer esta modificación por influencia de la bella rubia que me animó a seguir adelante.
Al ingresar al salón Amber se sienta junto a su mejor amigo; Fabián Molina (creo que está de más aclarar que también es el ex de Tatiana). No me molesta que lo haga, ella me dejó en claro la alta posición que él tiene en su vida y yo no creo ser celoso, mucho menos con alguien que se ha convertido en mi amigo.
Me acomodo detrás de ellos, al lado de una bonita muchacha cuyo cabello es de un tono anaranjado teñido y maquillaje un poco exagerado, parece simpática. Saco los útiles que podría utilizar y trato de entablar una conversación con mi compañera de banco.
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Hasta que llegó Amberly
Teen Fiction"Eres un hijo de puta por ilusionarla" "¿Para qué la besabas si no la querías a tu lado?" "La lastimaste por puro capricho" "Se suponía que era tu mejor amiga, te tendrían que importar sus sentimientos"; acusaban las filosas lenguas que se enteraban...