Capítulo 13 | Todos ganaron, excepto yo

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«Ella tiene estos ojos de desilusión, es una gema. Podría enamorarme, podría romper mi corazón otra vez. Amo cuando se ríe. Mierda, amo cuando respira, me mareo cuando habla porque ella es exactamente lo que necesito» 
Jaded, Sadeyes

Ella lo ha estado intentando.

Tatiana va en busca de un nuevo amor; sale de su casa, conoce chicos, los besa y da todo de sí misma para que esas esporádicas relaciones funcionen.

Pero no lo hacen. Simplemente se acaban, una y otra vez con una razón incógnita.

Quisiera decir que se encuentra bien, feliz y radiante por su nueva forma de vivir. No es así. Cada que trata de aferrarse a una persona, falla. Y esa pérdida causa estragos en su corazón, lo rompe y pisotea un poco más que el chico anterior.

Sólo ella sabe por qué sus noviazgos no funcionan. Yo me puedo dar una ligera idea de ello.

—¿Debería rendirme? —cuestiona antes de darle un sorbo a su té y relamer sus lindos labios.

Aunque a ambos nos lastime salir juntos sin ser nada, no podemos declinar sabiendo que el resto de nuestros amigos irán. Formamos un grupo de amigos, por más ridículo que suene que hayamos formado las mismas amistades.

La cafetería del centro comercial siempre es nuestra mejor opción para punto de encuentro puesto que las mesas son grandes y todos cabemos. La decoración se asemeja a una jungla, con plantas y un papel tapiz con animalitos. La tenue luz rojiza es lo que atrae a las personas más románticas a este lugar.

—Yo creo —comienza Julie agitando su cola de caballo y suaviza su expresión para transformarla en una de comprensión. Eso significa que dará un consejo— que necesitas darte un tiempo para ti. Entiendo que quieras sentirte amada por un chico, pero está bien si estás soltera, nadie te está presionando. Disfrútalo. ¡Mírate, por Dios! Eres una chica hermosa, inteligente, intrépida y un poco ruda. Eres un buen partido, es cuestión de tiempo para que alguien lo note y te mire como nadie lo ha hecho.

—No te preocupes, Tatiana —pronuncia Amberly. Su voz pastosa y aniñada indica cuán insidioso será el siguiente comentario—. Encontrarás a tu media naranja, tal como yo lo hice. ¿Verdad, Daniel?

¿Por qué lo hace? ¿Es necesario destruirla más cuando está al borde del colapso?

En los labios de Amberly todo suena dulce e inocente, como si el único propósito de sus palabras no fueran hacer sentir peor a mi mejor amiga. Tiene una manera encantadora que logra embelesarte y convencerte de lo que ella quiera.

Tati posa sus tristes ojos sobre mí mientras mi tráquea se cierra. Las mentiras son el peor invento que el ser humano creó en algún punto de la existencia, sólo están allí para descuartizarte de la manera más cruel.

—Claro, preciosa —afirmo obediente.

Ella me llama con la mirada y al voltear me encuentro con su boca pidiendo un beso. "No, no, no" me repito internamente, como si yo pudiera tener algún tipo de decisión o libre albedrío sobre mis acciones.

Solía adorar los besos, perderme en ellos y encontrar inspiración con ese simple roce. Me resultaba interesante conocer los sabores y distintos movimientos que estos pueden contener.

Pero ahora, cada vez que mis labios se ven enlazados con los de ella, siento aquel roce como la bienvenida al infierno. No de una manera excitante, sino como una retorcida, oscura y dolorosa.

—Búscate tu propio apodo, cuñado —irrumpe Mike con una profunda risa y un leve empujón. Siento una gigantesca gratitud por hacerlo.

—¡Oigan! El fin de semana entrante es el estreno de la obra en la que participaré, sí irán, ¿cierto?

Hasta que llegó AmberlyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora